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Durante el mes de marzo, #CoaliciónLee estuvo leyendo “Orando la Biblia” de Donald Whitney. En este libro aprendimos cómo la mejor manera de aprender a orar es dejando que la Biblia nos enseñe a hacerlo.

Tuvimos la oportunidad de entrevistar al autor y charlar un poco acerca de por qué la oración es tan difícil para muchos cristianos, y de cómo podemos acudir a la Escritura para encontrar la guía que necesitamos para ser diligentes.


1. Orar es una de las prácticas más esenciales para la vida cristiana. ¿Por qué a la mayoría de los cristianos se les dificulta tratar de permanecer constantes en la oración?

Una persona en la que habita el Espíritu Santo quiere orar. Él nos hace clamar «¡Abba! ¡Padre!». Así que si un cristiano está tratando de seguir a Cristo de manera genuina y sincera —aunque su discipulado sea imperfecto— su problema en la oración es uno de método. Claro, si hay un problema significativo de pecado que no está confesando y batallando, entonces el problema no es solo de método.

Sin embargo, mi observación es que la mayoría de los cristianos tienden a decir las mismas cosas acerca de las mismas cosas en la oración. Orar por las mismas cosas no es el problema; eso es normal. Nuestras vidas tienden a consistir casi de las mismas cosas de un día al otro, así que orar por esas cosas es normal. Pero decir las mismas cosas acerca de ellas cada día es aburrido, y cuando la oración es aburrida, es difícil «permanecer constantes en oración». Aunque hay un deseo de orar y fe en la oración, si el método es decir prácticamente las mismas cosas cada vez, entonces la oración parecerá no tener vida. Eso, a la vez, tiende a resultar en una vida de oración muy inconsistente e insatisfactoria.

2. La experiencia de muchos es que la oración es una tarea necesaria. ¿Cómo se puede orar con gozo?

A parte de la presencia del Espíritu Santo, la oración probablemente será una tarea para la mayor parte de la gente. Pero aquellos en quienes habita el Espíritu Santo pueden experimentar una gozosa comunión con Dios a través de la oración. Sin embargo, aun para los mejores cristianos, a veces la oración puede ser más trabajo que gozo. En parte, ser humano significa que a veces tratamos de orar cuando estamos soñolientos o enfermos o distraídos. Es más difícil orar con gozo en esas circunstancias.

Para orar con gozo tenemos que sentir que nos estamos encontrando con Dios en la oración. Como he dicho, unas veces es más fácil que otras. Para mí, siento que me estoy encontrando con Dios en oración más cuando estoy orando la Biblia que en cualquier otro momento. A veces puedo ser cautivado por un atardecer y mi corazón salta de gratitud a Dios por tanta belleza. Otras veces cuando recibo una bendición de Dios mi corazón explota en oración llena de gozo. Pero en oración más rutinaria y diaria, experimento gozo en Dios con más frecuencia cuando estoy orando la Palabra de Dios. Las palabras vivas de la Escritura me atraen a tener comunión con Dios con mucha más frecuencia que cuando hago mis propias oraciones a parte de la Biblia.

3. Cuéntenos un poco de cómo llegó a descubrir que la Escritura debe estar en el centro de la oración.

Estaba pastoreando una iglesia en los suburbios de Chicago. Habíamos invitado a un viejo amigo mío para dirigir una conferencia bíblica en nuestra iglesia. Durante las mañanas de los días de semana él dirigía un estudio bíblico para todos aquellos que podían venir, y estaba enseñando sobre las oraciones del apóstol Pablo. En un momento en el que nos exhortaba a orar esas oraciones hoy, él sostenía su Biblia en alto y decía: «¡Cuando oren, usen el libro de oración!». De repente ví que la Biblia entera era un libro de oración, no solo las oraciones de la Biblia. Podríamos orar la carta a los Efesios completa, por ejemplo, no solo las oraciones de Pablo en Efesios.

Eso fue el primero de marzo de 1985. Comencé a orar algunas de las cosas que leía en la Biblia cada día, y pronto comencé a orar los Salmos, y más frecuentemente los Salmos. Con el tiempo descubrí que ésta era una práctica cristiana antigua, y eventualmente ví al menos tres ocasiones en el Nuevo Testamento donde Jesús o la iglesia en Hechos oraron los Salmos.

4. ¿Cuáles son algunos pasajes clave que apuntan al pueblo de Dios usando la Escritura misma para orar?

De los siete dichos cortos de Jesús en la cruz, en dos de ellos estaba orando los Salmos. Lo más largo que dijo desde la cruz fue: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» (Mat 27:46), que es el primer versículo del Salmo 22. El Salmo 22 es una profecía de la crucificción y como Jesús estaba cumpliendo literalmente el Salmo 22 en ese momento, creo que es razonable asumir que después de bajar nuevamente (porque habría tenido que empujar todo el peso de su cuerpo hacia el clavo en sus pies para tener suficiente aliento en su diafragma para hablar) continuó orando el Salmo 22.

Entonces, al final, Jesús reunió el último vestigio de sus fuerzas, se estiró hacia delante una última vez, y clamó: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu» (Luc 23:46), orando las palabras del Salmo 31:5.

Luego, en Hechos 4, después de que Pedro y Juan fueron arrestados y amenazados por las autoridades judías por predicar a Cristo, el versículo 23 dice: «Cuando quedaron en libertad, fueron a los suyos [la iglesia] y les contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho. Al oír ellos esto, unánimes alzaron la voz a Dios y dijeron: Oh, Señor, tú eres el que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, …». En algunas traducciones la segunda mitad del versículo 24 está puntuada para indicar que es una cita, pues muchos estudiosos creen que esas palabras fueron tomadas del Salmo 146:6.  En todo caso, note cómo continúa el versículo 25: «… el que por el Espíritu Santo, por boca de nuestro padre David, tu siervo, dijiste: ¿Por qué se enfurecieron los gentiles, y los pueblos tramaron cosas vanas?». La segunda mitad de ese versículo y todo el siguiente son del Salmo 2 (vv. 1-2). En otras palabras, la iglesia primitiva oró los Salmos. Aquí es donde se nos dice: «Después que oraron, el lugar donde estaban reunidos tembló, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaban la palabra de Dios con valor» (v. 31).

5. ¿Cómo animaría a alguien que siempre ha batallado con una mente distraída y siente como si nunca pudiera orar por más de 2 minutos?

La mente de todos se distrae en oración, por lo menos ocasionalmente. Esto puede suceder por muchas razones: sueño, distracciones (como su teléfono, otra gente cerca, sonidos de afuera), responsabilidades que vienen a la mente, etc. Pero como dije antes, si una persona dice las mismas cosas acerca de las mismas cosas en oración la mayor parte del tiempo, es muy difícil permanecer concentrado en la oración. Otra vez, creo que la mejor solución y la más simple para eso es orar la Biblia.

Por un lado, orar la Biblia nos mantiene enfocados por más tiempo. Hay material nuevo delante de uno constantemente, y un sentido de progresión de un versículo a al siguiente nos da dirección y enfoque. Y cuando la mente divaga de manera inevitable, es más fácil volver y permanecer enfocado porque lo que está delante de uno es fresco. No estamos volviendo a algo que hemos dicho antes un sinnúmero de veces.

6. ¿Cómo los pastores y los líderes en general pueden animar a otras personas a orar la Biblia?

Primero y ante todo enseñándolo. Si tienen Orando la Biblia entonces tienen todas las notas que yo tengo cuando enseño sobre esto. Segundo, pueden modelar orar la Biblia cuando dirigen en oraciones públicas. No solo se les recuerda a aquellos que aprendieron cómo orar la Biblia a hacerlo, además de continuar aprendiendo del ejemplo del pastor/líder, sino que también aquellos que se perdieron la enseñanza original sobre el tema pueden aprender al escuchar cómo el pastor/líder ora.

7. Nos encantaría tenerlo más involucrado con el mundo hispanohablante. ¿Estaría interesado en esto?

Mi respuesta es un sí tentativo. Dependería de a dónde se refiera. He estado en la República Dominicana un par de veces en el último par de años y lo he disfrutado. Estuve en Argentina en los 80s. El resto de mi participación cara a cara con el mundo hispanohablante ha sido en los EE.UU. Los viajes largos y prolongados se están volviendo más difíciles para mí. Viajo y hablo la mayor parte de los fines de semana, y solo raramente puedo trabajar en un viaje más largo. Por último, claro, no hablo español. Dicho esto, consideraría cualquier invitación que me llegara.

8. ¿Puede enviarle un corto mensaje a los más de 3000 que son parte de #CoaliciónLee, el grupo de lectura de TGC que está leyendo Orando la Biblia en marzo?

Me honra profundamente que lean Orando la Biblia. Estoy llegando a creer más y más que, a excepción de predicar el Evangelio, la razón por la que el Señor me puso en esta tierra es para enseñarle a la gente cómo orar la Biblia. Creo que esto es tan básico para la vida cristiana que cada líder debería aprender este asombroso y simple método. El que un grupo de líderes como ustedes esté leyendo este libro es una oración respondida, pues pueden llevar este mensaje a muchos otros a quienes yo nunca podría enseñarles. Que el Señor traiga mucho fruto duradero de su estudio, en ambos, sus vidas y sus ministerios.

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