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“Maridos, amen a sus mujeres y no sean ásperos con ellas”, Colosenses 3:19.

Cuando Dios dice: “Maridos, amen a sus mujeres”, se refiere a la mujer como un ser complejo. Él llama a cada hombre a amar por completo a su esposa así como el hombre ama todo su ser (Ef. 5:29). Esto significa que un esposo debe hacer todo lo posible por entender el mundo de su esposa. A continuación ocho exhortaciones para amar a nuestras esposas, tomando en cuenta sus diversas facetas.

1. Ama su corazón: amor emocional

La Biblia usa la palabra “amor” más de 350 veces. Casi el 10% de estas ocasiones aparece en el Cantar de los Cantares (que comprende menos del 0.5 % de las Escrituras). Algo que podemos aprender de esto es que un esposo debe usar palabras para expresar su amor por su esposa. “¡Levántate, amada mía, hermosa mía, y ven conmigo! Paloma mía… déjame ver tu semblante, déjame oír tu voz; porque tu voz es dulce, y precioso tu semblante” (Cant. 2:10, 14). No conozco a una mujer a quien no le guste que su marido le hable así.

2. Ama su mente: amor intelectual

Un marido amoroso convence con gracia a su esposa de que, para él, ella es la persona más importante del mundo. Con esto no quiero decir que él la persuada de que nunca la abandonará. Por supuesto que eso no es suficiente. ¿Sabe tu esposa que la valoras por encima de todo? El amor intelectual también significa involucrar el intelecto de tu esposa. Muchos hombres se ganan la mano de su futura esposa a través de una conversación inteligente e interesante, pero una gran mayoría fracasa en llevar este hábito al matrimonio.

3. Ama su cuerpo: amor físico

En el nivel más básico, en el amor físico un marido se esfuerza por satisfacer las necesidades físicas de su esposa. Un hombre que puede hacerlo, pero constantemente elige no proveer para las necesidades físicas de su esposa, no la ama. Asimismo, los hombres deben ayudar a sus esposas a administrar lo que Dios provee para maximizar las ganancias.

El amor físico también es complementario. Tu esposa no necesita ser una supermodelo para recibir cumplidos regulares y sinceros. El amor físico debe ser exclusivo. Mirar de reojo a otras mujeres, o alardear sobre su belleza, es destructivo. Cada hombre debe esforzarse por complacer a su propia esposa (1 Cor. 7:3, 33).

4. Ama su alma: amor espiritual

Los hombres tendemos a enfocarnos en cumplir compromisos. Pero a menudo descuidamos una de nuestras mayores responsabilidades: cultivar piedad en nuestras esposas. Necesitamos llegar al punto de sentirnos cómodos con la frase: “Pero yo y mi casa” (Jos. 3:14-15). Josué comprendió que siendo la cabeza por causa del pacto, sus decisiones tenían un impacto profundo sobre aquellos bajo su cuidado. Siempre debía pensar en el bien espiritual de sus dependientes.

Esto significa tomar decisiones razonadas y en oración, incluso si son mal vistas. “Hoy iremos a la iglesia aunque mi mujer me hirió verbalmente la semana pasada. Debemos tener devocionales en familia incluso con nuestra apretada agenda”. Estas son expresiones de amor.

5. Ama sus relaciones: amor relacional

Para las parejas con hijos, el amor relacional puede requerir que un esposo proteja a su esposa de sus “parientes más cercanos”. Sé rápido y firme en disciplinar a tus hijos por no respetar a mamá. Resiste contradecirla frente a tus hijos. Dale “tiempo libre” cuando sea necesario. Fuera de casa, desarrolla interés por sus amistades. Ayúdala a concentrarse en los amigos que son mejores para ella.

6. Ama su humanidad: amor realista

Sé sensible a los fracasos de tu esposa. Ella necesita saber que la amas aunque su pecado te entristezca. Agradece que ella sea diferente a ti. Un esposo amoroso ve a su esposa como un regalo de Dios para él, aunque no sea perfecta.

7. Ama su llamado: amor servicial

Si el llamado más grande de una mujer es a ser sumisa a su marido (Col. 3:18), un esposo amoroso ayuda a su esposa a serlo. Algunas esposas nunca aprenden la sumisión bíblica porque sus esposos raramente son un ejemplo positivo. Ellos luchan contra la autoridad de la iglesia, blasfeman contra de las autoridades civiles, y se quejan de las políticas de sus jefes. Sin embargo, exigen sumisión absoluta de sus esposas. Dios dice que todos los hombres deben someterse a las autoridades superiores (Rom. 13:1). Es casi imposible ayudar a tu esposa a hacer esto si no lo haces tú mismo.

8. Ama a su Creador: amor teológico

En última instancia, no somos dignos de amor porque nos amamos a nosotros mismos más de lo que amamos a Dios, y estamos insatisfechos con la provisión de Dios. Eso significa que mientras más ames a Dios, mejor equipado estarás para amar sinceramente a tu esposa.

Por su incomparable gracia, Dios nos acerca para amarlo y nos da poder para amar al prójimo. Matthew Henry señala que las epístolas que se centran más en la gloria de la gracia divina y en la majestad del Señor Jesús “son las más específicas… en insistir en los deberes de las diversas relaciones”. El evangelio es la buena noticia de que el Hijo de Dios “me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gal. 2:20). Cristo ama por completo al cristiano: su corazón, mente, cuerpo, alma, y todas las demás partes. Solo cuando aceptamos lo que eso significa, podremos obedecer la Palabra de Dios. “Maridos, amen a sus mujeres y no sean ásperos con ellas”.


Publicado originalmente en Ligonier. Traducido por Carolina López Ortiz.
Imagen: Lightstock
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