“Jesús les dijo: “¿Nunca leyeron en las Escrituras: 'LA PIEDRA QUE DESECHARON LOS CONSTRUCTORES, ESA, EN PIEDRA ANGULAR SE HA CONVERTIDO; ESTO FUE HECHO DE PARTE DEL SEÑOR, Y ES MARAVILLOSO A NUESTROS OJOS'? (Mateo 21:42 NBLH)
El contexto de este pasaje es la entrada triunfal de Jesús a Jerusalem. Sin embargo a partir de esto que en el sentido humano pudiera haber representado la cúspide de su ministerio, más bien se empiezan a desencadenar una serie de eventos que culminarían en el monte Calvario.
Y es que vemos a Jesús echar a los mercaderes del templo y tener confrontaciones con los líderes religiosos. Éstos últimos, no sólo cuestionaron la obra de Dios en medio de estas circunstancias “únicas”, pero también rechazaron directamente a Dios mismo a pesar de no haber la menor duda de que, como uno de ellos le dijo, “sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer las señales (los milagros) que Tú haces si Dios no está con él.” (Juan 3:2)
Su problema, y el nuestro, es que en medio de este remolino de circunstancias al parecer inesperadas, tampoco nosotros reconocemos la obra de Dios y le rechazamos directamente queriendo más bien “mercadear” y negociar en nuestra relación con El.
A lo largo de todo el capítulo ves tras ves se citan pasajes del antiguo testamento que mostraban el cumplimiento de este maravilloso plan de redención.
Las Buenas Noticias para ti y para mí son que de la misma manera, no importa cómo las circunstancias diarias se den para nosotros, podemos estar seguros que Dios está obrando en cada detalle y hasta que El sea nuestra “piedra angular” y por la cual alineamos el resto de nuestra vida.
Esto tiene que ser algo que valoramos por sobre todo, “Cosas demasiado maravillosas” (Job 42:3) que capturen no sólo nuestra atención, pero especialmente nuestro corazón y al punto de rendirnos gozosamente a Su obra en nosotros.
Piensa en esto y encuentra tu descanso en El.
