En “Lo que estoy leyendo…” podremos conocer un poco más sobre los hábitos de lectura y libros favoritos de miembros del Consejo Pastoral de Coalición por el Evangelio y otros pastores y líderes del pueblo de Dios. En esta ocasión, conversamos con Sugel Michelén, pastor de la Iglesia Bíblica del Señor Jesucristo.
¿Qué libros está leyendo ahora mismo (en la Escritura y fuera de ella)?
Actualmente estoy terminando de leer el libro de Ezequiel, junto con el libro de Salmos, como parte de un plan de lectura bíblica en dos años. Aparte de la Biblia, estoy leyendo Why the Reformation Still Matters, de Michael Reeves y Tim Chester, una excelente introducción a las grandes doctrinas de la Reforma del siglo XVI. También estoy leyendo Him we Proclaim, de Dennis E. Johnson; y en mi grupo de parejas: ¿Qué estabas esperando? de Paul Tripp. Recientemente terminé de leer A Peculiar Glory de John Piper, el cual recomiendo altamente; así como The Whole Christ, de Sinclair Ferguson, probablemente el mejor libro que he leído este año.
¿Cómo empezó a desarrollar un amor por la lectura?
El ejemplo de mi padre fue determinante para mis hermanos y para mí. No solo era un buen lector, sino que tenía una buena biblioteca personal. Desde que entramos en la adolescencia comenzamos a leer habitualmente y a disfrutar enormemente la lectura.
¿Qué libros o autores han sido de más influencia en su ministerio?
Es difícil responder esa pregunta, porque en diferentes etapas de mi vida cristiana he sido impactado por autores muy diversos. Pero puedo mencionar a Martyn Lloyd-Jones, Francis Schaeffer, Jerry Bridges, y Charles Spurgeon, como algunas de las mayores influencias en mi vida personal y ministerial desde mi conversión.
Andando el tiempo, me impactaron profundamente El Progreso del Peregrino, de John Bunyan; Temptation and Sin, de John Owen; Religious Affections, de Jonathan Edwards; Mi corazón por Tu causa, de Brian Borgman; Las Confesiones de San Agustín; así como varios de los libros de John Piper, especialmente Los deleites de Dios. Pero sé que no estoy siendo justo al mencionar algunos y dejar fuera a otros.
En 2012 elaboró una lista de 249 libros recomendados en español. ¿Qué libro ha sido publicado después que quisiera añadir?
The Whole Christ, de Sinclair Ferguson; A Peculiar Glory, de John Piper; The Transforming Power of the Gospel, de Jerry Bridges; Christ Formed in You, de Brian G. Hedges; The Hole in Our Holiness y Taking God at His Word, ambos de Kevin DeYoung; y ahora que se acerca la celebración de los 500 años de la Reforma, quisiera añadir: Why the Reformation Still Matters, de Michael Reeves & Tim Chester, y The Unquenchable Flame, también de Michael Reeves.
En el área de eclesiología, creo que sería una gran contribución al mundo de habla hispana si se tradujeran The Compelling Community de Mark Dever & Jamie Dunlop, así como The Vine Project (la continuación de El Enrejado y la Vid) de Tony Payne & Colin Marshall. No obstante, es justo decir que la cantidad de libros buenos que han sido traducidos al español en los últimos años sobrepasa por mucho lo que teníamos disponible cuando conocimos al Señor a finales de la década de los setenta. Debemos estar profundamente agradecidos por las casas publicadoras que están haciendo esta contribución, no gobernadas por un criterio netamente comercial, sino pensando mas bien en la edificación del pueblo de Dios
¿Algún consejo para un joven creyente que esté deseando crecer en su hábito de lectura?
Que comience poco a poco, con libros breves y que sean de su interés, que planifique leer diariamente y que nunca salga de casa sin un libro (uno nunca sabe cuándo se le puede presentar un momento apropiado para leer, en medio del trajín de cada día). Todo el mundo puede leer de 3 a 5 páginas diarias, y a medida que vaya formando el hábito y tomando amor por la lectura, seguramente esa cuota aumentará andando el tiempo.
Una pregunta práctica: ¿Lee libros en formato digital? ¿Qué ventajas y desventajas hay en cada formato?
Amo los libros impresos y no creo que ese romance vaya a terminar hasta que el Señor regrese en gloria, pero leo también en formatos digitales. La ventaja del formato digital es que puedo llevar muchos libros conmigo sin tener que cargarlos, aparte de que puedo obtenerlos inmediatamente y a menor costo. La ventaja del libro impreso es que puedo subrayarlos con marcas distintas que he ido desarrollando con el tiempo y que me ayudan a encontrar más rápidamente algún párrafo del libro mucho tiempo después de haberlo leído, de modo que pueda hacer un mejor uso de ellos para mis sermones y escritos.
Los libros digitales cambian el formato continuamente, mientras que el libro impreso no, lo que me ayuda a recordar que la cita que estoy buscando se encuentra al pie de la página de la derecha, por ejemplo. Por otra parte, creo que tiene un mayor impacto en los niños ver a sus padres leyendo un libro que leyendo en una tableta (el niño no sabe si su padre está jugando con la tableta, revisando su correo electrónico, o leyendo un libro). El libro impreso también me ayuda a saber más fácilmente cuántas páginas me faltan para concluir un capítulo, y así poder determinar si continúo leyendo un poco más o si debo detenerme. Honestamente, prefiero pensar que el libro impreso sobrevivirá al libro digital, y que muchos lectores seguirán leyendo en ambos formatos.
