Cuidado con la Biblia Instagram, hijas mías: esos versos con filtros y marcos decorados con plumas, adornados con todo tipo de lazos y bucles, ornamentados con flores, saturados de puestas de sol, seleccionados y escogidos especialmente para ti.
Ten cuidado de que no se conviertan en tu fuente de pan de cada día. Están diciendo una verdad parcial.
Tuve mi visión de noche, y he aquí, soñé con un mundo en el que cada copia de la Biblia había desaparecido, a excepción de aquellas partes que habíamos conservado en Instagram. Consideren esta Biblia, hijas mías, si es su deseo:
Sus cuadrados perfectos son amigos del proverbio, la promesa, y de la cita parcial, abandonando las leyes, listas, tierras asignadas, y las secciones largas languideciendo fuera de la pantalla.
Consuela, pero rara vez convence.
Emociona, pero rara vez exhorta.
Anima pero rara vez advierte.
Promete pero rara vez incentiva.
Conmueve, pero no mortifica.
Construye confianza en uno mismo, pero se resiste al autoexamen.
Ensambla una iconografía cuyos artistas, por falta de espacio, se ven obligados a elegir
Brevedad sobre amplitud,
Inspiración sobre intelecto,
Devoción sobre doctrina.
Cuidado con sus lienzos circunscritos, donde la caligrafía vence al contexto.
Tengan cuidado.
Si el evangelio de la prosperidad nos ofrece todas las cosas, el evangelio de Instagram nos ofrece todos los sentimientos. Predica las buenas nuevas en parte, pero las necesitamos completas. Nos puede conmover en el momento, pero no nos puede sostener en la tormenta.
Hijas mías, no entiendan mal. Al igual que ustedes, no quiero ir a mi cuenta de Instagram para encontrar leyes de Levítico con filigrana y flores. Tampoco deseo genealogías superpuestas en atardeceres. No albergo un odio puritano a la belleza, ni detesto que un artista haga relucir un texto sagrado. Puedo ser la primera en dar “me gusta” a una palabra de aliento eterna.
No le pido a la Biblia Instagram que sea todas las cosas. Puedo valorarla, incluso disfrutarla, por lo que es. Pero al ser atraída por el resplandor de su agradable calidez, debo preguntarme —y tú también— que la consideres con cuidado, no sea que amemos la parte en lugar del todo.
Para que no vivamos como aquellos en una visión de noche, como aquellos atrapados en un sueño.
Cuidado con la Biblia Instagram, hijas mías. Irradia una luz parcial. Debemos conocerla tanto por lo que dice, como por lo que no dice.
