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Todo cristiano ha compartido su testimonio en algún momento de su vida. Tal vez lo ha hecho en la iglesia, en un grupo en casa, o con sus amigos. El propósito del testimonio es testificar sobre Jesús en nuestra vida: cómo lo conocimos, cómo nos transformó, y cómo nos sigue transformando hasta este día. Usualmente estos testimonios toman la forma de historias. Contamos una historia personal en la cual destacamos nuestra condición caída y necesidad de un Salvador, y luego cómo esa necesidad fue suplida en Cristo.

Aunque se traten de nuestras vidas, el protagonista central del testimonio cristiano es Cristo. Él es quien salva, quien transforma, y en quién descansa nuestra esperanza. Nuestras vidas se tratan de Él. Si no tenemos cuidado, los testimonios se pueden convertir en historias acerca de nosotros mismos: yo era, yo hacía, llegué a Él, ahora soy, ahora hago, etc.

No te puedes encontrar con Jesús y seguir siendo la misma persona. En pocas palabras, de eso se trata el libro “Encuentros con Jesús” de Timothy Keller. El autor es conocido por ser el pastor de la iglesia presbiteriana Redeemer en Nueva York, además de ser uno de los fundadores de The Gospel Coalition. Sin embargo y más que cualquier otra cosa, Keller es conocido por ser un pensador y apologeta intelectual de la Palabra de Dios. Sus libros “La Razón de Dios” y “El Dios Pródigo” son bestsellers en la lista de New York Times y se caracterizan por su astuta defensa de la Biblia y el evangelio. Entonces, ¿qué está tratando de cumplir Keller con este libro?

Encuentros con Jesús: Respuestas inesperadas a las preguntas más grandes de la vida

Encuentros con Jesús: Respuestas inesperadas a las preguntas más grandes de la vida

Poiema Publicaciones. 162 pp.
Poiema Publicaciones. 162 pp.

 

Encontrando respuestas en las historias de Jesús

El cristianismo es una religión de preguntas y respuestas. ¿Donde podemos encontrar las respuestas? ¿Qué está mal con el mundo? ¿Quién lo puede arreglar? ¿Cómo debemos responder a lo que Jesús ha hecho? Estas preguntas y muchas más revuelven en la mente y el corazón de cada persona que llega a conocer a Jesús. Cómo lo ha hecho en otros libros, Keller se dispone a responder a estas preguntas, pero de una manera totalmente fresca. Él no desempaca filosofías o ideologías complicadas: él simplemente va a las Escrituras y examina los encuentros que Jesús tuvo con personas de toda clase.

Puedes ver con qué tipo de personas Jesús se relacionaba con un simple vistazo al índice del libro: el estudiante escéptico, las hermanas afligidas, el gran enemigo, los dos abogados, y más. Al examinar estos encuentros con Jesús en su Palabra, Keller argumenta que nosotros también podemos encontrarnos con Jesús: “Diría que muchos de mis propios encuentros formativos con Jesús sucedieron cuando estudiaba sus encuentros con algunos individuos en los Evangelios” (xii).

Keller establece claramente cuál fue su propósito con esto libro:

… mi deseo es ayudar a otras personas a ver la belleza pura de quién es Cristo y lo que ha hecho por nosotros. Pero la ineptitud de mis palabras (o de las palabras de cualquiera) para transmitir por completo esta belleza es una frustración y una tristeza muy grande para mí. Aun así, no hay un lugar en el mundo que nos ayude más en esta difícil tarea que estas narrativas de los encuentros de Jesús con la gente que encontramos en los Evangelios” (xvi).

Para Keller, la teología no es sencillamente un estudio doctrinal: es la búsqueda del resplandor de la belleza de Jesús. No se trata de conocer doctrinas, se trata de conocer una persona: Jesús.

Lo que aprendí

Hay tanto que uno puede aprender de Keller, pero solamente porque él hace un buen trabajo de apuntarnos siempre a las Escrituras. Aunque pudiera escribir mucho más sobre las lecciones y aplicaciones del evangelio a mi vida que aprendí en este libro, quiero resumir con algunos puntos importantes:

Siempre hay más que aprender en la Biblia de lo que pensamos. No podemos alcanzar las profundidades de las Escrituras en una sola leída de 3 minutos. La Palabra es para meditarla y muchas veces nuestro estudio de ella requiere más tiempo en oración y escudriñando su contexto y significado.

Es posible ser temático y expositivo al mismo tiempo. Keller enseña esto implícitamente con los títulos y el contenido de su libro. Cada capítulo responde una pregunta esencial de la existencia humana. Y a la vez, cada capítulo hace una exégesis fiel de un pasaje en particular. Entonces, ¿está Keller enseñando expósitivamente o temáticamente? Sí. Al hacer un buen exégesis de la Palabra, uno verá que responde adecuadamente a nuestras preguntas temáticas. ¿Qué está mal con el mundo? La Palabra responde eso. ¿Cómo se puede arreglar el mundo? La Palabra responde eso también.

Cada persona puede encontrar a Jesús. Solo tiene que mirar a su Palabra. Como Keller bien estableció, el propósito de la fe cristiana no es acumular conocimiento, sino encontrarse, o ser encontrado, por una persona. Lamentablemente, muchos buscamos a Jesús por las razones incorrectas y a través de medios incorrectos. Buscamos a Jesús a través de experiencias, sueños, eventos, o incluso libros extrabíblicos que hablan de experiencias de niños que murieron, fueron al cielo, y regresaron para contar la historia. Estos son innecesarios y muchas veces terminamos buscando esas cosas en lugar de Jesús. Jesús encontró a personas normales y respondió las mismas dudas que nosotros tenemos hoy.

Encuentros con Jesús” es una serie de respuestas a las preguntas más grandes de la vida, y en conjunto responden a la pregunta más importante de nuestra vida: ¿cómo puedo conocer a Jesús? En su Palabra.


Consigue una muestra gratis del libro en este enlace.

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