¡Únete a nosotros en la misión de servir a la Iglesia hispana! Haz una donación hoy.

×

Un joven llamado John Stott, de 29 años de edad, estaba abrumado con las responsabilidades de su ministerio como rector de All Souls Church.

¿Cómo no lo ahogarían todas sus tareas administrativas? ¿Cómo podría alimentarse a sí mismo espiritualmente para alimentar a quienes servía?

Stott no sabía qué hacer, hasta que asistió a una conferencia y escuchó el consejo de un pastor mayor y más sabio:

“Tómese un día tranquilo una vez al mes”, dijo. “Váyase al campo, si puede, donde pueda estar seguro de estar tranquilo. Retroceda, mire hacia adelante, y considere a dónde va. Permita que la mente medite en la perspectiva de Dios. Trate de ver las cosas como las ve Dios. ¡Relájese!”.

¿La respuesta de Stott?

“Me fui a casa, e inmediatamente marqué un día al mes en mi diario para silencio. Y empecé a disfrutar estos días, la carga intolerable se levantó y nunca ha vuelto. De hecho, estos días demostraron un valor tan grande que por muchos años he intentado manejar uno por semana. Los uso para los artículos que necesito planear sin interrupciones, problemas en que debo pensar y orar, cartas difíciles, preparación, lectura, y escritura. Estos días tranquilos han traído inmensa bendición a mi vida y mi ministerio”.1

Seguir la sugerencia práctica del predicador le dio a Stott la tranquilidad y la claridad mental y espiritual que necesitaba para el ministerio, y también puede ayudarle a usted.

La vida del siglo XXI es agitada y llena de responsabilidades exigentes. Y el ministerio es complicado: nunca se acaba hasta que Cristo venga. Tener un sábado de silencio en su agenda puede prevenir que se sienta abrumado y le dará frescura al buscar al Señor a través de la Palabra y la oración.

El problema para muchos de nosotros (incluyéndome) es que a menudo no tenemos la capacidad de tomar un día de silencio por mes, y mucho menos uno por semana. Probablemente no mantendremos el mismo horario que Stott, pero podemos tratar de incorporar regularmente el descanso, la oración, la planificación, los proyectos especiales, y el estudio de maneras que se ajusten a nuestros horarios.

Cómo aplico este principio

Para mí, esto significa que cada mes, me tomo una hora o dos durante el día de trabajo para reflexionar sobre lo que he logrado y lo que espero lograr. Me acerco a Dios en oración, no siempre por una necesidad urgente, sino con un deseo humilde de permanecer en Él.

Tengo un archivo de la aplicación OneNote que me sirve como diario de trabajo donde puedo escribir mis éxitos, sueños para el futuro, frustraciones, y luchas. Utilizo este tiempo para tomar una visión a largo plazo de mi vida y reflexionar sobre mis sueños más grandes para impactar el Reino. Luego anoto ideas de cómo podría, por la gracia de Dios, dar pasos hacia esos sueños más grandes.

Cuando oro, pido a Dios que me guíe, bendiga el trabajo de mis manos, aclare mi pensamiento mostrándome la verdad y el error, y use mis esfuerzos para su gloria y la edificación de su Iglesia.

A menudo salgo a caminar, porque así me es más fácil meditar en estas cosas profundas y mantener una mente enfocada. Si intento hacerlo en mi escritorio, mi lista de tareas no me dejaría pensar.

He encontrado esta práctica extremadamente útil por varias razones:

  1. Dependo más del Señor en oración para los frutos del ministerio.
  2. Dios a menudo trae claridad o una perspectiva necesaria a situaciones complejas.
  3. Renuevo mi mente en la verdad y mi propósito en el Reino.
  4. A menudo tengo ideas muy buenas que nunca hubieran venido durante unas horas normales de trabajo.
  5. Renuevo mis energías para trabajar.

Lo que podría significar para ti

Dado que tomar un día tranquilo semanal como Stott puede ser imposible para usted, puede ser que necesite creatividad para poder experimentar la frescura y el descanso que desea.

A veces la mejor manera de avanzar en la vida es presionar el botón de pausa y empezar a ver la vida como Dios la ve.

Aquí hay unas ideas, algunas pequeñas y otras grandes, para ayudarle:

  1. Encuentre algunas horas para salir de su rutina normal. Apague toda la tecnología y solo ore y piense en su vida. Piense en cómo Cristo tiene gracia para satisfacer todas sus necesidades y situaciones.
  2. Ayune de todos los medios de comunicación social y utilice el tiempo que normalmente suele pasar en Facebook o Instagram para orar, pensar, memorizar las Escrituras, o leer. Si su teléfono sigue siendo una tentación, elimine las aplicaciones tentadoras.
  3. Ayune de comida u otra cosa especifica para enfocarse en Dios.
  4. Si conduce al trabajo, pase tiempos tranquilos y seguidos de alabanza, oración, acción de gracias, y comunión con Dios.
  5. Considere la posibilidad de tomarse un tiempo fuera del trabajo o ministerio para un retiro espiritual. Utilice sus días de vacaciones, deje a los niños con sus abuelos o con algunos amigos, y haga que su tiempo se trate acerca de buscar a Jesús y hablar con Él acerca de su vida.
  6. Si usted es un pastor o está en el ministerio a tiempo completo, considere tomar un sabático (o pida permiso para tomar uno) para recargarse.

Descanso para el alma

La idea realmente es solo aplicar el acercarse a Jesús, la única fuente de descanso verdadero:

“Vengan a Mí, todos los que están cansados y cargados, y Yo los haré descansar. Tomen Mi yugo sobre ustedes y aprendan de Mí, que Yo soy manso y humilde de corazón, y hallaran descanso para sus almas. Porque Mi yugo es fácil y Mi carga ligera”, Mateo 11:28-30.

A veces la mejor manera de avanzar en la vida es presionar el botón de pausa y empezar a ver la vida como Dios la ve. Esa simple perspectiva nos ayudará a encontrar reposo para nuestras almas y experimentar un dulce anticipo del descanso celestial en la presencia de Cristo.


[1] Como se contó en la página 48 de The Challenge of Preaching [El Desafío de la Predicación].
Imagen: Lightstock
Recibe cada día los artículos, podcasts, y vídeos más recientes.
CARGAR MÁS
Cargando