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Como probablemente sabes, la isla de Puerto Rico fue abatida por el paso del huracán María el pasado 20 de septiembre. Esto ha sido considerado como un evento catastrófico para mi patria, dejando la isla completa sin electricidad, solo un día después del terremoto que causó cientos de muertos y miles de damnificados en el centro de México. La realidad es que muchos de nuestros familiares tienen días largos, y difíciles por delante.

En las últimas 24 horas, la comunicación con la isla de Puerto Rico es casi imposible, y quedan muchos familiares en el extranjero sin noticias sobre sus seres queridos. Comprendo que esto crea ansiedad, desespero, angustia, y un sentido de impotencia que puede ser devastador para el alma. Estoy consciente que la incertidumbre es un enemigo mortal. Por eso deseo ayudar a mi alma, y la de aquellos que estamos en esta posición, a poder procesar esta incertidumbre bíblicamente.

Las promesas de Dios son un antídoto contra la ansiedad.

Algo fundamental que necesitamos recordar es que Dios cuidará nuestras almas. En estos momentos de vientos y ansiedades, es de ayuda tener una perspectiva sobre la eternidad. El alma es lo que más necesita cuidado en la vida. Aunque la tierra tiemble, Dios protegerá de todo mal aquello que es más importante: nuestra alma.

Estar ansiosos y angustiados es una forma de intentar tomar el control sobre una situación que en realidad no podemos controlar. A veces intentamos tomar el control incluso haciendo de nuestra circunstancia la peor, para generar simpatía de otros o sentirnos mejor. Pero nada de esto muestra confianza en la Palabra.

La Biblia nos presenta la ansiedad como un pecado que no agrada a Dios. La ansiedad es falta de fe y confianza en las cosas que Dios nos promete. Es por eso que mi familia ha estado abrazada del Salmo 46 y el Salmo 121, porque somos muy propensos a sentir ansiedad. Atesorando la Palabra, nos estamos recordando a nosotros mismos las verdades de la Biblia. Recordamos que Dios es nuestro refugio, que Él es una ayuda cercana en momentos difíciles. Recordamos que nuestro socorro viene de Jehová.

No es sano crear escenarios sin tener información

Esta mañana, hablando sobre la situación con mi esposa, ella me comentó: “A Dios no le agrada que imaginemos escenarios en nuestra mente sin tener la información, así que esperemos confiando en Él”.

En ese momento, le di gracias a Dios por tener una esposa que permite que la Palabra guíe sus emociones y pensamientos. Ella estaba confiando en lo que dice Mateo 6:34: “Por tanto, no se preocupen por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástenle a cada día sus propios problemas.”.

Sé que estamos en momentos muy difíciles, pero necesitamos recordarnos que el día de mañana traerá su afán, y crear escenarios de lo desconocido es no confiar que Dios nos dará la gracia mientras esperamos que los detalles lleguen.

Testifiquemos el evangelio

Por último, pienso que debemos mostrar al mundo que nuestra esperanza está puesta en que Dios es bueno. Es humano batallar con sentimientos de angustia, desespero, y frustración. Pero Dios nos ha dado su Palabra para que podamos confiar en Él en medio de estos momentos.

Cuando miramos el evangelio, sabemos que Dios cumple sus promesas. Nuestra confianza es que por medio de la muerte de Cristo, nosotros no moriremos. Por eso testificamos al mundo que no tememos aquello que más debemos temer, la muerte espiritual.

Amados hermanos, como uno que sufre con ustedes, cumplamos con las palabras de nuestro Señor Jesucristo: “No se turbe su corazón; crean en Dios, crean también en Mí”, Juan 14:1. Confiemos en Dios en medio de estas circunstancias difíciles, porque sabemos que Él es bueno y sus decretos son dignos de ser confiados.


Imagen: Univisión.
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