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¿Cuál es la base para el matrimonio? ¿Por qué es una institución tan importante? ¿Qué necesitamos recordar siempre sobre la unión matrimonial?

El pastor John Piper una vez escribió: “Lo más fundamental acerca del matrimonio es que este es la obra de Dios”. Eso nos recuerda que si queremos conocer la fundación del matrimonio, debemos ir a la Palabra de Dios.

Dios es el autor del matrimonio

En los primeros capítulos de Génesis se relata el origen de toda la creación, incluyendo el origen del matrimonio. Específicamente, el capítulo 2 de Génesis es el punto de partida sobre el cuál podemos tener un entendimiento del matrimonio que nos permita glorificar a Dios en este aspecto de nuestras vidas.

En Génesis 2:20, luego de que se narra cómo Dios creó a los animales y a Adán, leemos: “El hombre puso nombre a todo ganado y a las aves del cielo y a todo animal del campo, pero para Adán no se encontró una ayuda que fuera adecuada para él” (Gen. 2:20).

Es interesante observar en ese pasaje que Adán, antes de la caída, fue creado con habilidades que luego se perdieron. Las capacidades que tenía Adán, al momento de la creación, eran impresionantes. En este versículo, vemos que él puso nombre a todos los animales, ¡sin repetirlos! Sin embargo, la idea de que Adán nombró a los animales no significa exclusivamente que les puso nombre, sino que además los emparejó.

Adán, con la ayuda de Dios, en una dispensación de gracia extraordinaria, sirvió como un instrumento de Dios para unir a los animales que debían estar juntos. Cuando Adán terminó todo esto, él se quedó solo. Cada animal tenía una pareja, “pero para Adán no se encontró una ayuda que fuera adecuada para él”. La palabra “adecuada” es clave en este versículo.

A partir de ese momento, presta atención al rol de Dios al formar el primer matrimonio: “Entonces el Señor Dios hizo caer un sueño profundo sobre el hombre, y éste se durmió. Y Dios tomó una de sus costillas, y cerró la carne en ese lugar. De la costilla que el Señor Dios había tomado del hombre, formó una mujer y la trajo al hombre” (Gen. 2:21-22).

Dios hizo al hombre, luego hizo a la mujer, y luego trajo la mujer al hombre. “Y el hombre dijo: ‘Esta es ahora hueso de mis huesos, Y carne de mi carne. Ella será llamada mujer, Porque del hombre fue tomada.’” (Gen 2:23.) Esta es la primera vez en las Escrituras que Adán se siente atraído a lo que Dios creó para que le acompañara. De hecho, es interesante notar que Adán nombró aún a la mujer de manera muy especial.

Dios fue quien hizo caer a Adán en un sueño, tomó una de sus costillas, formó a Eva y la trajo a Adán. Dios estuvo detrás de todo esto. Él formó el matrimonio, y entonces llegamos a un versículo crucial para entender esta institución, Génesis 2:24: “Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”.

Dios es el autor de nuestros matrimonios.

El contexto de Génesis 2:24 representa algo completamente diferente a lo que hemos visto hasta ahora en el relato de la creación.

Hasta aquí, en el relato de la creación, hemos leído la creación del universo, las plantas, la luz, la creación del hombre y la mujer. Moisés ha estado registrando lo que ha sucedido, pero ahora, en el versículo 24, él deja de narrar por un momento para introducir un comentario sobre lo que ha narrado.

En el relato de Génesis, se hace obvio que Adán y Eva no tenían padre y madre a los cuales dejar. Por tanto, podemos entender que aquí Moisés, guiado por el Espíritu Santo, no está hablando a la primera pareja, sino que nos habla a nosotros sobre la realidad del matrimonio. “Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”.

En otras palabras, Dios no solo fue el autor del matrimonio de Adán y Eva, sino también el autor de nuestros matrimonios.

Dios es el autor de tu matrimonio.

Además de eso, Dios obró desde antes de la eternidad para que hoy puedas estar con tu cónyuge. ¿Te has preguntado quién hizo que tú y tu pareja se conocieran? ¿Por qué nacieron en los lugares en los que nacieron, y en las familias en donde nacieron? ¿Quién orquestó todo?

Si Dios es soberano sobre todas las cosas, entonces tu cónyuge es un regalo de Dios para ti. Él no solo es el autor de nuestros matrimonios en un sentido general, sino también en un sentido profundo y muy personal. Dios es el autor de tu matrimonio.

Por tanto, es importante que veamos el matrimonio como un regalo en todos los sentidos y celebremos esta realidad. A pesar de los problemas y retos que puedan haber en nuestros matrimonios, ver que Dios ha sido el autor de nuestra unión con nuestro cónyuge es una verdad que trae gran regocijo al alma.

Vivimos en un mundo donde todo parece ser accidente, pero tu matrimonio es el proyecto de Dios desde antes de la fundación del mundo. De ese mismo Dios que estuvo dispuesto a dar su Hijo por tu salvación. Así son los regalos que Dios nos da. Deja que esta verdad moldee toda tu forma de pensar sobre el matrimonio, mientras sigues profundizando en ella.

Foto: Lightstock.
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