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Ya seas un veterano o principiante en la predicación, puedes y debes procurar mejorar en el ministerio que Dios te ha dado.

¿Cómo puedes ser un mejor predicador? Aquí algunos consejos prácticos, usando diez palabras clave que siempre debes tener en mente.

1. Querer

Para que un predicador mejore, tiene que darse cuenta de que necesita mejorar y que puede mejorar. Y por supuesto, ¡tiene que querer mejorar! Es fácil conformarse con ser un predicador “aceptable”. ¡El Señor se merece más que eso!

2. Orar

Si quieres predicar mejor, pide al Señor que te ayude a mejorar. Cuando oramos estamos diciendo: “Señor, yo no puedo, pero sé que tú sí puedes”.

Pídele al Señor, semana tras semana, que te haga un mejor predicador de su Palabra. Y si dejas de pedírselo, ¡preocúpate!

3. Trabajar

El apóstol Pablo habló de los ancianos que “trabajan en la predicación y en la enseñanza” (1 Tim. 5:17). La palabra “trabajar” en el original es una que da la idea de trabajar muy duro, como lo hacían los que remaban en las galeras romanas.

Creo que los que predicamos sabemos que, como regla general, cada predicación requiere mucho trabajo. Y si queremos mejorar, ¡no lo vamos a conseguir sin tiempo y sin esfuerzo!

4. Evaluar

Ningún predicador está exento de ser evaluado. Si no evaluamos nuestras predicaciones, difícilmente nos daremos cuenta de los aspectos que debemos mejorar.

¿Y por qué no pedir a algunos hermanos maduros y de confianza que nos echen una mano contestando sinceramente algunas preguntas sobre nuestras predicaciones?

5. Corregir

Progresar implica corregir. Implica que mis predicaciones no son perfectas y que hay espacio para mejorar.

La evaluación nos ayudará a identificar los puntos débiles de nuestras predicaciones. Podría ser sacar textos de su contexto, no hacer una verdadera conexión con nuestros oyentes, tener una aplicación escasa o demasiado repetitiva, o simplemente extendernos demasiado. Una vez que identificamos estas debilidades, debemos empezar a hacer cambios para corregirlas.

6. Cortar

Y hablando del peligro de extendernos demasiado, una de las formas más sencillas de mejorar como predicadores es ¡usando más las tijeras! Muchas predicaciones buenas serían mejores si no se intentara abarcar tanto en ellas.

Un buen consejo es que cuando creas que el sermón ya está listo, dale otro repaso más con las tijeras. Corta lo que no va completamente con el propósito del sermón. Nuestros oyentes lo agradecerán.

7. Escuchar

Escucha a los mejores predicadores. Yo sé que no tenemos tiempo para escuchar muchas predicaciones. Pero escuchar un sermón excelente cada dos semanas no es imposible.

Preguntémonos por qué esos predicadores son tan buenos. ¿Qué necesitamos aprender de ellos? No se trata de imitarles, pero sí de aprender.

8. Leer

Hay cada vez más libros y artículos útiles sobre la predicación tanto en español como en inglés. Puedo pensar en por lo menos veinticinco libros excelentes sobre el tema en español.

¿Por qué no decidir leer dos buenos libros sobre la predicación cada año? Cada libro y artículo aporta algo fresco, algo único.

9. Hablar

Sería bueno que los predicadores de una misma ciudad o región se reunieran cada dos o tres meses para hablar sobre la predicación y compartir experiencias —buenas y malas—, además de percepciones y lecciones aprendidas. Incluso podrían trabajar un texto bíblico juntos, ¡algo así como las antiguas escuelas de los profetas!

10. Sentir

Estoy convencido de que la chispa que transforma un estudio bíblico en una impactante predicación es cuando el corazón del propio predicador ha sido afectado. Si sentimos o no lo que predicamos, se nota.

No se trata de hacer teatro. Más bien, dejar que el mensaje nos afecte a nosotros primero. ¡Un corazón impactado por la Palabra de Dios y el evangelio de Cristo produce pasión en el predicador!

Predicar es un llamado sublime. Hacerlo es un privilegio, y Dios nos usa al hacerlo. ¡Pero siempre podemos mejorar! Que estos consejos nos ayuden a tomar muy en serio nuestro llamado para la gloria de Cristo y la edificación de los santos.


Imagen: Lightstock
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