¡Únete a nosotros en la misión de servir a la Iglesia hispana! Haz una donación hoy.

×

Muchos piensan que un cristiano es alguien que va por el mundo diciendo “tú estás mal, yo tengo la razón”. Y bueno, no podemos negar que algunos cristianos realmente son así. Pero cuando leemos la Escritura tenemos que reconocer que Dios no ha abandonado al hombre; Él se ha revelado a cada uno de ellos. La revelación de Dios no es solo para los cristianos.

“Pero lo que se conoce acerca de Dios es evidente dentro de ellos, pues Dios se lo hizo evidente. Porque desde la creación del mundo, Sus atributos invisibles, Su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que ellos no tienen excusa”, Romanos 1:18-20.

Dios se ha dado a conocer con toda claridad, así que no es extraño que la eternidad en el corazón del hombre de pronto salga a relucir. A lo largo de la historia, la enorme mayoría de los seres humanos han creído en un Ser superior y que hay algo más después de la muerte.

Lewis dice que el ateísmo es demasiado simple. Cuando él no creía en Dios, su argumento era la crueldad e injusticia del mundo. Sin embargo, tuvo que admitir que eso significaba que la bondad y la justicia eran la norma. No un concepto inventado por el hombre, sino una ley que Alguien estableció y que deberíamos obedecer.

“Un hombre no dice que una línea está torcida a menos que tenga una idea de lo que es una línea recta. ¿Con qué estaba yo comparando este universo cuando lo llamaba injusto?” (p. 56).

Por supuesto, creer que hay Alguien no significa que sepamos quién es. Y ahí es donde el cristianismo se distingue: sabemos cómo es Dios y lo que Él ha hecho por nosotros. Y honestamente podemos decir, ¡va más allá de cualquier cosa que hubiéramos podido inventar!

“La realidad, de hecho, suele ser algo que no habríais podido imaginar” (p. 58).

Dios nos ha mostrado que nos hizo para Él. Lewis nos lleva al Edén, a la mentira de Satanás, y nos muestra cómo ese mismo intento de “ser como Dios” nos ha arrastrado hasta donde estamos hoy. El hombre busca desesperadamente ser feliz… por todos lados menos en donde encontrará la respuesta.

“La comida que nuestro espíritu ha sido diseñado para comer es Dios mismo. […] Dios no puede darnos paz ni felicidad aparte de Él porque no existen” (p. 67).

Necesitamos apartarnos de la mentira y volver a la Verdad. Necesitamos arrepentimiento. Y aquí es donde las cosas se ponen difíciles. Como dice Lewis, “solo una mala persona necesita arrepentirse; sólo una buena persona puede arrepentirse perfectamente. Cuanto peor seas más lo necesitas y menos puedes hacerlo. La única persona que podría hacerlo perfectamente sería una persona perfecta… y ella no lo necesitaría” (p. 74).

La intervención divina es necesaria para transformar nuestros duros corazones. Él se humilló y en su muerte nos dio vida. El que no necesitaba arrepentirse entregó todo para que nosotros pudiéramos hacerlo. ¡Gracias a Dios por su abundante amor y misericordia!


Acompáñanos en nuestra lectura de “Mero cristianismo” de C. S. Lewis. ¿No sabes qué es #CoaliciónLee? Ve aquí. ¿Quieres participar? ¡Únete aquí!
Recibe cada día los artículos, podcasts, y vídeos más recientes.
CARGAR MÁS
Cargando