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El mundo nos dice que la belleza física es esencial para ser pleno y feliz. En nuestra sociedad, podemos ver cómo muchas personas entregan sus vidas por conseguir una figura bien definida o una piel perfecta. La apariencia física se ha convertido en un dios. Entonces, ¿cuál es el verdadero estándar de belleza? La respuesta solo podemos encontrarla en la Palabra de Dios.

Belleza Verdadera” es un libro que surge como fruto de entender las distintas luchas que las mujeres podemos enfrentar con el tema de la belleza. Carolyn Mahaney y Nicole Whitacre, su hija, nos conducen hacia las verdades de la Escritura. Es ahí donde encontramos de qué se trata la belleza en realidad.

Cuando hablamos de este tema a la luz de la Palabra, muchas veces solo nos enfocamos en la verdad de que la belleza de la mujer es su yo interno. A pesar de que esto es bíblico, y por lo tanto cierto, hay un fundamento que no podemos dejar de lado al hablar de este tema:

“La belleza verdadera es contemplar y reflejar la belleza de Dios” (p. 29).

Esta pequeña pero profunda declaración es la base sobre la cual este libro se va desarrollando. La hermosura de Dios determinará y afectará nuestra visión y estándar de belleza.

Belleza verdadera

Belleza verdadera

Poiema Publicaciones. 126 pp.
Poiema Publicaciones. 126 pp.

Inseguridad y vanidad

En medio de la incesante búsqueda de hermosura, muchas mujeres se ven atrapadas en un péndulo que se mueve de un lado a otro. Aquellas que no alcanzan los estándares de belleza de nuestra cultura caen en la trampa de las inseguridades, y esta falta de confianza “muchas veces es el producto de estar demasiado preocupados con uno mismo; las luchas con la comparación, con querer dar la talla y encajar, revelan lo consumidos que estamos con el yo” (p. 41).

Al otro extremo tenemos la vanidad. “Ser vanidosas es enorgullecernos de nuestra apariencia o de algún aspecto de ella y buscar llamar la atención, aprobación y admiración de otros, aun cuando lo hacemos de una manera sutil” (p. 43).

El problema con la vanidad y la inseguridad es un problema de gloria. Cuando queremos llamar la atención sobre nosotras mismas y nuestra belleza dejamos de darle la gloria a Dios. “Detrás de nuestras luchas con la belleza hay una lucha por la gloria divina. Tanto la mujer vanidosa y segura de sí misma, como la mujer deprimida e insegura quieren la gloria de Dios para sí mismas, para su propia belleza. Quieren el protagonismo. Y todas nosotras también” (p. 45).

Nuestra cultura y las ideas de este mundo no son el lugar donde debemos ir para definir el verdadero estándar de belleza, Dios es ese lugar. Las modas, los productos, y las técnicas de belleza van cambiando a lo largo de los años pero Dios es inmutable, nunca cambia; Él siempre ha existido en perfecta hermosura. Conocer lo que es la belleza verdadera, implica conocer al Dios que es la belleza en sí mismo.

“Como mujeres que hemos sido transformadas por el evangelio de Jesucristo, podemos conocer un nuevo estándar de belleza que nunca cambia y que todas podemos alcanzar. Podemos ser libres para disfrutar el estilo y la belleza de la forma en que Dios destinó que fuesen disfrutados” (p. 26).

A partir de esta verdad, “Belleza verdadera” nos habla de la belleza en relación con Dios, la cultura, nuestros corazones, nuestros cuerpos, vestimenta, nuestra confianza y nuestras buenas obras. Cada una de estas áreas es abordada de una manera profunda, práctica, y sobre todo bíblica, porque “Solo la Palabra de Dios puede prometer una belleza que es sobrenatural, que satisface, que es alcanzable y además duradera; una belleza que trae bendición y no maldición; una belleza que es preciosa, no inútil, que lleva a la felicidad en vez de a la angustia; una belleza que es cada vez más atractiva mientras más la cultives” (p. 24).

Además del buen contenido, en este libro encontrarás una lista de preguntas de reflexión sobre cada capítulo. Cada una de las preguntas tiene el propósito de llevar a la lectora a profundizar más el tema tratado y a evaluar su propio corazón.

Si quieres entender a profundidad el verdadero estándar de belleza, este libro es para ti. Procuremos de manera intencional contemplar y reflejar la belleza de Dios, y encontremos nuestro gozo e identidad en su hermosa obra de redención.

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