“Me acuerdo, Señor, de tus juicios de antaño, y encuentro consuelo en ellos.” Salmo 119:52
En el mundo tan cambiante como en el que vivimos, la originalidad e innovación no sólo son valores imprescindibles, pero se convierten muchas veces en el fin mismo de los esfuerzos comerciales y aún espirituales. Lamentablemente esa búsqueda de la relevancia como un valor supremo es a costa inclusive de la fidelidad al mensaje de las Buenas Noticias.
Creemos que necesitamos de las tecnologías más recientes, las redes sociales, y la aplicación de las técnicas y estrategias de mercadeo más exitosas antes de poder compartir efectivamente el mensaje del evangelio con otros. Muchas veces terminamos, sin darnos cuenta, cambiando la esencia del mensaje mismo.
A nivel personal también podemos llegar a creer que el mensaje del evangelio nos introduce sí al mundo espiritual y a una relación personal con Dios; pero que ahora nos toca a nosotros ir descubriendo nuevas maneras de conectar con Él y experimentarlo.
Es cierto entonces que es importante usar de cualquier medio de comunicación disponible, tener testimonio Cristiano en todo lugar aún virtual, y comunicar de la mejor manera posible para que las personas de las nuevas generaciones nos entiendan. Es también importante mantener nuestra relación con Dios fresca y orgánica; y en ese sentido, las experiencias de otros pueden ser de ayuda.
Sin embargo, necesitamos mantener “en primer lugar” lo mismo que recibimos, “que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;” (1 Cor. 15:3).
Es un mensaje ya relevante en sí mismo porque nos revela la profundidad del problema de la humanidad a lo largo de la historia, las maneras como en cada época el hombre ha buscado sus propias soluciones, y a fin de cuentas, las Buenas Noticias de la provisión de Dios en la obra de redención de Cristo en favor de los suyos.
Es un mensaje que tiene que resonar en cada generación en su propio lenguaje y que trasciende los tiempos, las culturas y nuestras propias experiencias.
Piensa en esto y encuentra tu descanso en Él.
