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Es la hora de estudiar la Palabra de Dios. Usted ora por iluminación (Salmo 119:18). Elige el pasaje de la Escritura para estudiar. Y luego…

Aquí es donde muchos se desconciertan. En cada ocasión. Se acercan al texto con buenas intenciones. Pero no tienen claro el proceso de entendimiento correcto del texto. Para obtener las respuestas correctas en su estudio de la Escritura, usted debe plantear las preguntas correctas. A esto se lo conoce como el estudio inductivo de la Biblia. Tenemos cinco preguntas fundamentales qué plantear al estudiar un pasaje de la Escritura.

OBSERVACIÓN: ¿Qué dice el pasaje?

Solo porque usted escucha lo que digo no es garantía de que usted entiende lo que quiero decir. Pero no puede entender lo que quiero decir sin primero escuchar lo que estoy diciendo. Este principio se aplica a la Palabra de Dios.

Estudiamos un pasaje para conocer lo que significa. Pero no partimos de ahí. Comience observando el texto. Escuche lo que dice. Mire lo que está ahí. Analice los detalles. Diagrame las oraciones. Haga conexiones. Tome en cuenta la repetición o énfasis de ciertos términos. Formule preguntas periodísticas: ¿Quién? ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué? ¿Cómo?

A esto yo lo llamo “una lluvia de ideas santificada”. Las únicas herramientas que utilizo en esta etapa son solo la Biblia y una hoja en blanco. Tomo anotaciones de lo que veo hasta que mi mente se quede en silencio. El objetivo es tener mi mente vacía, para así observar cada detalle que por medio de la oración puede resaltar en el texto.

INTERPRETACIÓN: ¿Qué significado tiene el texto?

Si usted hace bien sus observaciones, tendrá más preguntas acerca del texto que cuando empezó. Aun así, usted estará más listo para continuar a responder estas preguntas en la interpretación.

La observación es acerca de lo que dice el texto. La interpretación es acerca de lo que el texto significa por lo que dice. La intención de Dios en el significado del pasaje es la verdad que usted debe buscar. ¿Qué quiso Dios comunicar cuando el Espíritu Santo tocó al autor bíblico a escribir?

Una interpretación bíblica correcta tiene reglas conocidas como Hermenéutica. Estas reglas dan prioridad al contexto. Un texto sin un contexto es un pretexto. Para tener una buena interpretación de la Escritura, aprenda esas reglas y póngalas en práctica.

También va a necesitar herramientas para realizar una interpretación correcta. Traducciones. Biblias de Estudio. Concordancias. Léxicos. Diccionarios. Atlas. Comentarios. Estas son herramientas que le permitirán manejar con precisión la Palabra de verdad (2 Timoteo 2:15).

CORRELACIÓN: ¿Cómo se relaciona el texto?

Un pasaje de la Escritura puede ser raptado de su contexto y forzado a decir cosas que no tienen nada que ver con su significado. Comparar la Escritura con la Escritura nos guarda de un mal uso del texto. Este principio es llamado la analogía de la fe. Significa que la Escritura misma es el mejor intérprete de la Escritura.

Para entender correctamente lo que significa un pasaje, considere cómo se relaciona con otros pasajes que hablan del mismo tema. Si tiene una interpretación de ese pasaje que no puede ser sustentada en otro lugar de la Escritura, ¡está mal! La Escritura nunca se contradice a sí misma.

La correlación es especialmente importante cuando está lidiando con pasajes que no son claros. Estudie primero aquellos pasajes claros y obvios en el tema (aquí es cuando una concordancia o un temario de la Biblia son de gran ayuda). Fundamente su interpretación en la relación entre los pasajes que abarcan el mismo tema.

APLICACIÓN: ¿Cómo se aplica el texto?

Al haber hecho su investigación, ahora tiene un mejor entendimiento de lo que el texto significa. Pero su trabajo todavía no termina.

El objetivo del estudio de la Biblia es la aplicación, no la interpretación. La palabra de Dios no es un libro de recetas o una guía de programación en la TV. El aprender una receta no requiere que usted sepa cocinar. El conocer la programación de la TV no le obliga a sentarse y ver la TV. Pero conocer la Palabra de Dios es obedecer la Palabra de Dios.

La Palabra de Dios es un espejo que revela la verdad de nosotros mismos (Santiago 1:22-25). Al mirar la Escritura, debería preguntarse cómo se aplica eso a usted. ¿Existe alguna verdad que creer? ¿Existe algún mandamiento que obedecer? ¿Existe algún pecado que confesar? ¿Alguna promesa que confiar? ¿Existe algún ejemplo a seguir? ¿Alguna advertencia a tomar en cuenta? ¿Alguna actitud que cambiar?

REFUTACIÓN: ¿Qué está afirmando o refutando el texto?

¿Qué está refutando el texto? O, ¿qué está afirmando? Hace poco comencé a plantearme esas preguntas en cada estudio. El formular esas preguntas me ha ayudado a enfocarme en los temas doctrinales del texto.

La exposición bíblica fiel deber ser doctrinal, así como devocional. Usted limitará su crecimiento si solo hace preguntas de aplicación personal. Existen asuntos más importantes en el texto que aquellos que significan algo solo para usted. Usted necesita entender lo que el texto significa para la Iglesia.

¿Cuál es la teología del texto? ¿Cómo este pasaje afirma la fe cristiana histórica? ¿Qué errores doctrinales el texto confronta y refuta? ¿Cómo este texto apunta hacia el Señor Jesucristo? ¿Existe algún asunto del evangelio tratados en este pasaje? Estas son preguntas importantes que plantear al texto para ayudarnos a luchar ardientemente por la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos (Judas 3).


Publicado originalmente en H.B. Charles, Jr. Traducido por Fanny Stewart-Castro
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