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Fragmento adaptado de Mujer de la Palabra: Cómo estudiar la Biblia, con mente y corazón. Jen Wilkin. B&H Publishing Group.

Si la alfabetización bíblica es nuestra meta, necesitamos una evaluación honesta de lo que ahora estamos haciendo para lograrla. Algunos de nuestros hábitos actuales podrían no ser “malos” en el sentido de que no ayudan en nada a aprender la Palabra de Dios: ellos pueden ser sencillamente limitantes, en el sentido de que solo nos pueden llevar hasta cierto punto en nuestro entendimiento. Otros hábitos quizás deban ser dejados de lado por completo. Al principio, tal vez no seamos capaces de percibir que nuestras estrategias actuales son limitantes o inútiles, pero con un examen más detenido empezaremos a notar los vacíos que estas estrategias pueden dejar en nuestra comprensión.

A lo largo de los años en que he enseñado la Biblia a mujeres, con frecuencia encontré varios hábitos perjudiciales al “pasar tiempo en la Palabra”. Me pregunto si alguno de ellos te es familiar.

1. El acercamiento tipo píldora ansiolítica

¿Te sientes ansiosa? Filipenses 4:6 afirma que por nada debemos estar afanadas. ¿Te sientes fea? Salmos 139 declara que asombrosa y maravillosamente has sido hecha. ¿Te sientes agotada? Mateo 11:28 dice que Jesús hará descansar al que está cansado y cargado. Esta forma de acercarse a la Escritura trata a la Biblia como si ella existiera para hacernos sentir mejor. Ya sea que encuentre algún tipo de asistencia mediante un libro devocional o busque en el índice de tópicos en mi Biblia, yo tengo que afirmar que mi tiempo en la Palabra fue fructífero solo si puedo decir: “Vaya, eso fue realmente reconfortante”.

El problema: el acercamiento tipo droga ansiolítica convierte a la Biblia en un libro sobre mí. Yo pregunto cómo la Biblia puede servirme y no cómo yo puedo servir al Dios que ella proclama. En realidad, la Biblia no siempre nos hace sentir mejor. A menudo hace exactamente lo opuesto. (¿Te sientes increíble? Jeremías 17:9 afirma que somos personas perversas). Sí, hay consuelo en las páginas de la Escritura, pero es el contexto lo que hace que ese consuelo sea auténtico y duradero. Observa también que este enfoque garantiza que grandes secciones de nuestras Biblias permanecerán sin leer porque ellas no aportan una dosis inmediata de satisfacción emocional. Es muy probable que no leamos Levítico o Lamentaciones si adoptamos esta manera de leer la Biblia. Un acercamiento completo al estudio de la Biblia nos desafía a navegar todas las áreas de la Biblia, incluso aquellas que nos hacen sentir incómodas o que son difíciles de entender.

2. El acercamiento tipo pinball

Al no tener una preferencia o dirección sobre qué leer, leo cualquier pasaje de la Escritura que casualmente aparece. ¡Eh!, está todo bien, ¿verdad? Solo le pediré al Espíritu Santo que me hable a través de cualquier versículo que encuentre al voltear la página. Al soltar el resorte de mis buenas intenciones, sale disparada la bolita de mi ignorancia a toda velocidad hacia cualquier pasaje que pueda golpear, rebotando en varios pasajes “según guíe el Espíritu”.

El problema: la Biblia no fue escrita para leerse de esa manera. Este acercamiento no se ocupa del contexto cultural, histórico o textual, la autoría o la intención original del pasaje en cuestión. No nos ayuda a comprender el texto más allá de nuestro contexto inmediato. Cuando leemos de esta manera, tratamos la Biblia con menos respeto del que le daríamos a un simple libro. Piensa en tratar de dominar el álgebra mediante la lectura al azar de cualquier párrafo en el libro de texto sobre el cual se posan tus ojos durante diez minutos al día. De manera semejante a esa bolita de metal, pronto perderías el impulso (y fracasarías en álgebra). Un acercamiento balanceado al estudio de la Biblia toma en cuenta de qué manera un pasaje determinado se integra en el panorama general de todo lo que la Biblia tiene que decir y esto es posible al tomar en cuenta el contexto, la autoría, el estilo, etcétera.

3. El acercamiento de la “bola mágica 8”

¿Conoces ese juguete que contenía respuestas al azar? Cuando era una niña, me parecía que podía contestar incluso nuestras preguntas más difíciles. Pero, como soy adulta, ahora me pregunto si me debería casar con Pedro, buscar un nuevo trabajo, o cambiar el color de mi pelo. Al igual que con la bola mágica, le doy una fuerte sacudida a mi Biblia y la abro. Coloco mi dedo a ciegas sobre un versículo, y entonces lo leo para ver si hay “señales que apuntan a un sí”.

El problema: la Biblia no es mágica y no complace nuestros caprichos ni es su función primaria contestar nuestras preguntas. Este acercamiento malinterpreta el ministerio del Espíritu Santo a través de la Palabra y demanda que la Biblia nos declare qué hacer en vez de quiénes ser. Esto se acerca de manera peligrosa a la adivinación, por la cual las personas solían ser apedreadas. Así que, por favor, no usemos la Biblia como una “bola mágica 8”. Un acercamiento equilibrado de la Biblia reconoce que ella está siempre más interesada en la persona que decide que en la decisión misma. Su objetivo es cambiar nuestros corazones para que deseemos lo que Dios desea en vez de darnos respuestas a cucharadas para cada decisión en la vida.

4. El acercamiento tipo asesor de compras

Me gustaría saber cómo ser una mujer piadosa o cómo abordar temas sobre la autoestima, pero no sé dónde encontrar versículos sobre esos temas, entonces le permito a (inserta aquí el nombre de una famosa maestra de la Biblia) que los encuentre por mí. Ella, de una manera cautivante, selecciona versículos relevantes de todas partes de la Biblia y me los deja en la puerta de mi casa para que yo vea si se ajustan a mi medida.

El problema: este acercamiento no nos ayuda a “apropiarnos” de la Escritura. Muy parecido al acercamiento tipo pinball, rebotamos de un pasaje a otro y obtenemos un conocimiento fragmentado de muchos libros de la Biblia, pero no dominamos ninguno. Los estudios temáticos ofrecen la posibilidad de ayudarnos a crecer, pero nos arriesgamos un poco al llamarlos “estudios de la Biblia”. Por ejemplo, llamar a un libro sobre imagen corporal un estudio bíblico implica que nos está enseñando un conocimiento práctico de la Escritura. Muchos estudios temáticos, incluso los buenos, no pueden con justicia hacer esta afirmación. Ellos tienen un valor como un suplemento, pero no son un sustituto para estudiar la Biblia en su sentido más básico. Los estudios temáticos sirven para un propósito: nos ayudan a integrar los conceptos generales en nuestra comprensión de la Escritura. Pero no son esenciales. Si ellos son todo lo que estudiamos, perderemos la riqueza de aprender un libro de la Biblia de principio a fin. Un acercamiento equilibrado al estudio de la Biblia aborda un tema cuando aparece en la Escritura, en vez de asignar un pasaje a un tema. Esto le exige al estudiante que trabaje en el proceso de descubrimiento. […]

Romper con ciertos hábitos existentes es un trabajo duro, y solo aquellos que creen que el resultado final vale la pena pondrán todo su esfuerzo en terminar con esos malos hábitos.


Imagen: Lighstock
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