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Si RV60 y otras versiones tienen errores, ¿cómo sabemos si estamos leyendo verdaderamente la Palabra de Dios?

Gracias al Señor, hay al menos dos cosas que nos ayudaran a responder de forma satisfactoria esta inquietud. Por un lado está la antigüedad y enorme cantidad de manuscritos que tenemos a nuestra disposición. Por el otro, la gran cantidad de versiones que tenemos en español, así como las ayudas técnicas que nos ayudan a verificar la fidelidad de una traducción.

1- La antigüedad y en algunos casos la enorme cantidad de manuscritos que tenemos a nuestra disposición.

La Reina Valera basó su traducción en manuscritos que estaban disponibles en la época. Luego de que viniese a existir dicha traducción, han aparecido más familias de manuscritos. Se calcula que en el caso del Nuevo Testamento hay más de 5,500 copias, sin incluir versiones del mismo en los primeros siglos, y la gran cantidad de citas de los padres de la iglesia. Dejando de lado el debate de cuáles manuscritos son más fidedignos, la realidad es que el mensaje que tenemos, basado en los manuscritos tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, mantiene esencialmente el mismo contenido, y la mayoría de las posibles discrepancias son de poca importancia. De modo que la preservación del mensaje divino, a pesar de las diversidad de manuscritos encontrados, nos da confianza en cuanto las versiones que utilizamos han preservado la Palabra de Dios.

Wayne Grudem[1] lo dice de la siguiente manera:

“Para más del noventa y nueve por ciento de las palabras de la Biblia sabemos lo que decía el manuscrito original. Incluso para muchos de los versículos en que hay variantes textuales (es decir palabras diferentes en diferentes copias antiguas del mismo versículo), la decisión correcta a menudo es muy clara… y hay en realidad muy pocos lugares donde la variante textual sea a la vez difícil de evaluar y significativa para determinar el significado. En el reducido porcentaje de casos en donde hay una incertidumbre significativa respecto a lo que decía el texto original, el sentido general de la frase por lo general es muy claro en el contexto… En general, entonces, los actuales textos publicados del Antiguo Testamento hebreo y del Nuevo Testamento griego son los mismos que el de los manuscritos originales”.

2- La gran cantidad de versiones que tenemos en español, así como las ayudas técnicas, nos ayudan a verificar la fidelidad de una traducción.

Existen diversas traducciones en español de la Biblia (Reina Valera, Biblia de las Américas, Biblia Textual, Nueva Versión Internacional, etc.) Cada comité de traducción puede tener una filosofía de traducción diferente, y en ocasiones usan diferentes familias de manuscritos. Ninguna traducción es perfecta, ya que es hecha por hombres. Pero uno de los beneficios de tener diferentes versiones es que podemos compararlas entre sí, y podemos comprobar que el mensaje sigue siendo el mismo. En los casos donde hay diferencias, podemos hacer un uso de ayudas técnicas, como las que tiene el programa de Logos, revisar diversos comentarios, entre tantas otras. Todo buen maestro y estudiante de la Biblia hará un buen uso de estas herramientas.

Podemos decir con confianza que Dios ha preservado Su Palabra, y en su misericordia lo ha hecho en nuestro idioma. Qué gran privilegio y qué gran responsabilidad.

“Entretanto que llego, ocúpate en la lectura de las Escrituras, la exhortación y la enseñanza”, 1 Timoteo 4:13.


[1] Doctrina Bíblica, P. 45.

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