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¿Y si los miembros de la iglesia comenzaran su propia forma de preparación para los sermones?

Por incontables décadas, hemos oído sobre el papel de los pastores en la preparación de los sermones. El número de horas que se necesita para prepararse. La prioridad de la preparación. El papel de la oración en la preparación de los sermones.

Pero, ¿qué si los miembros de la iglesia se prepararan para cada sermón que escucharan? ¿Qué ellos creyeran que su rol como recipientes de la Palabra es también significativamente importante?

Puedo vislumbrar la increíble revitalización en una iglesia donde sus miembros tomen como responsabilidad propia el prepararse para los sermones. Aquí hay siete maneras en que los miembros pueden prepararse activamente para los sermones.

  1. Oren por el sermón. Durante unos minutos, los miembros de la iglesia deben orar para el próximo sermón. La oración podría tener lugar durante la semana, la noche antes de la predicación, o la mañana de la predicación.
  2. Oren por el pastor que predica. Oren para que el pastor entienda el mensaje de Dios en ese texto. Oren para que el pastor no se distraiga. Oren para que el Espíritu de Dios llene al pastor, tanto en la preparación como al momento de predicar su sermón.
  3. Oren por ustedes mismos mientras se preparan para escuchar el sermón. Oren para que Dios hable a través del mensaje. Oren para que no se distraigan. Oren por claridad de mente y un corazón abierto para recibir el mensaje.
  4. Lean el texto bíblico antes de que se predique el sermón. Si es posible, lean el texto del cual predicará el pastor. Léanlo a fondo. Léanlo en oración.
  5. Tomen notas. Tomen notas mientras el pastor predica. Tendrán un mayor enfoque y una mayor retención. Revisen las notas al menos una vez durante la próxima semana.
  6. Busquen una aplicación para sus vidas. Pídanle a Dios discernimiento para ayudarlos a entender cómo debe este sermón cambiar sus vidas. Traten de entender el sermón no solo en su contexto bíblico, sino en su vida también.
  7. Compartan con el pastor “una cosa”. De ser posible, compartan con su pastor algo significativo que escucharon durante el sermón. Los pastores oyen a un sin número de personas que les dicen, “buen trabajo, pastor”, o “buen mensaje, pastor”, pero siempre quieren saber si Dios hizo una diferencia real en las vidas de los miembros de la iglesia a través de la Palabra predicada. Si son capaces de comunicarle algo significativo que se llevan del sermón, ya sea en persona, por correo electrónico, o por las redes sociales, su pastor será animado en gran manera.

La predicación de la Palabra de Dios es central para la vida de la iglesia. Tiene sentido que los pastores deban darle la más alta prioridad.

Pero, ¿no tiene sentido que los miembros de la iglesia también deban prepararse?


Publicado originalmente en thomrainer.com.
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