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La salvación es uno de esos temas que la mayoría de los cristianos cree maneja muy bien, y sin embargo, a la hora de explicarlo, nos encontramos dudando.

Una de las cosas que más hace un misionero es hablar con las personas de su necesidad de arrepentimiento. Es por eso que al hablar con personas, ya estamos esperando preguntas como: ¿Por qué tengo que arrepentirme? ¿Qué es eso de salvación? ¿Salvación de qué? ¿Por qué necesito salvación? Aunque las respuestas parezcan ser obvias para cualquier cristiano, muchas veces no dominamos el tema como debiéramos, y es por eso que queremos repasar esto que es de suma importancia y fundamental. Lo que quisiera es que este breve escrito pueda servirte para repasar estas verdades y tenerlas más claras, o quizás para entenderlas por primera vez.

Hablando bíblicamente, la salvación se refiere a la obra de Dios en favor del hombre que provee un camino de liberación de la condena y castigo del pecado y la justa ira de Dios.

Para entender la salvación, entonces, debemos entender el estado perdido del hombre.
La Biblia nos deja ver que el hombre esta en un estado caído en pasajes como Romanos 3:9-19, 23; Efesios 2:1-3; y Hechos 9:27.
De manera que, para que el hombre pueda ser salvo, el necesita saber primeramente que está perdido.

El apóstol Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, presenta argumentos poderosos que demuestran el estado perdido del hombre.

Es importante reconocer que la mayoría de los individuos parecen creer:

  1. Que no son realmente pecadores.
  2. Que no son tan malos como algunos otros.
  3. Que el infierno no es real.
  4. Que sus buenas obras sobrepasan sus malas acciones, lo que les será tomado en cuenta a su favor.
  5. Que Dios es tan bueno y tan amoroso que no permitirá que la gente vaya al infierno
  6. Que al final, de alguna manera, toda la gente se salvará.

El problema con todas esas creencias, excusas y argumentos es que todas son falsas. Ninguna tiene soporte en la Escritura.

La realidad del asunto es que sin Cristo todos los hombres:

  1. Están perdidos y sin remedio, la ira de Dios está sobre ellos (Juan 3:36).
  2. Están condenados a morir en sus pecados (Ezequiel 18:20).
  3. Están separados y alienados de Dios por causa del pecado (Romanos 3:23).
  4. La única solución es la provisión de Dios para salvación en Cristo. El hombre carece de la habilidad y la capacidad para salvarse a sí mismo. El pecado del hombre es la razón por la cual el hombre pierde la justicia, la rectitud y la pureza moral que le impide tener una posición correcta delante de Dios.

Por su parte, el hombre insiste en salvarse a sí mismo de múltiples maneras. Las formas más comunes:

Siendo buenos.

En otras palabras por medio del mérito y justicia personal. Sin embargo la Biblia nos deja ver que la justicia del hombre son como trapos de inmundicia, Isaias 64:6. La justicia que es aceptable para Dios no es inherente en el hombre, pues si los escribas y fariseos (que habían dedicado sus vidas a conocer la Palabra y agradar a Dios) no lo lograron, nosotros tampoco lo haremos.

“Porque les digo a ustedes que si su justicia no supera la de los escribas y Fariseos, no entrarán en el reino de los cielos”, Mateo 5:20.

Haciendo el bien.

Las obras de caridad, los ritos religiosos, el guardar la ley. La Biblia nos deja ver claramente que las obras no pueden salvar al hombre.

“Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino mediante la fe en Cristo Jesús, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús, para que seamos justificados por la fe en Cristo, y no por las obras de la ley; puesto que por las obras de la ley nadie será justificado”, Gálatas 2:15-16.

Confiando en su herencia religiosa.

El asunto no es por herencia o por tradición.

“Sino que es judío el que lo es interiormente, y la circuncisión es la del corazón, por el Espíritu, no por la letra; la alabanza del cual no procede de los hombres, sino de Dios”, Romanos 2:29.

Conocimientos, sabiduría e inteligencia.

El hombre no puede discernir por sí mismo la realidad de quien es Jesús. Solamente Dios puede revelarle al hombre el significado de Jesús para salvación.

“Pero el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente”, 1 Corintios 2:14.

Mi oración es que este breve escrito te sirva para explicar a otros las buenas nuevas. Ahora, si Dios ha abierto tu entendimiento para reconocer que eres un pecador que necesitas un Salvador, arrepiéntete de tus pecados y deposita toda tu esperanza y confianza en la obra salvadora de Cristo en la cruz para el perdón de nuestro pecados. Hoy es un buen día para comenzar una relación con él.

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