¡Únete a nosotros en la misión de servir a la Iglesia hispana! Haz una donación hoy.

×
Nota del editor: 

#CoaliciónResponde es una entrada semanal donde los colaboradores de Coalición por el Evangelio dan respuesta a diversas inquietudes. Puedes usar #CoaliciónResponde en las redes sociales o escribirnos a [email protected] con tus preguntas.

Pregunta: ¿Puede un cristiano genuino ser poseído por un demonio?

Antes de responder esta pregunta, es importante aclarar a qué nos referimos con una posesión demoníaca. Estar poseído no es lo mismo que ser tentado. Es evidente en la Escritura que Satanás y los demonios tientan a los creyentes, e incluso pueden poner pensamientos pecaminosos en ellos, tal como sucedió en el caso de David con el censo (1 Cr. 21:1), y Pedro, cuando le insistió a Cristo que no fuera a Jerusalén (Mt. 16:23).

Sabemos que los demonios pueden producir enfermedades y desgracias, siempre bajo el permiso divino. Tal fue el caso de Job, y también ocurrió con Pablo con el aguijón en su carne, a quien identificó como “un mensajero de Satanás” (2 Co. 12:7b). En Lucas 13:11 se nos habla de una mujer que: durante dieciocho años había tenido una enfermedad causada por un espíritu; estaba encorvada, y de ninguna manera se podía enderezar. Y el mismo Cristo dice en Lucas 13:16 que esta mujer era una: “hija de Abraham, a la que Satanás ha tenido atada durante dieciocho largos años”.

Podemos concluir, entonces que los demonios pueden afectar a los cristianos, ya sea produciendo enfermedades o desgracias, o produciendo tentaciones y pensamientos pecaminosos. Ahora bien, esto es diferente a una posesión demoníaca. Como bien señala el teólogo Wayne Grudem: “Si con poseído por un demonio se quiere decir que la voluntad de la persona está completamente dominada por un demonio, al punto que la persona no tiene poder para escoger el bien y obedecer a Dios, la respuesta… sería con certeza que no, porque la Biblia garantiza que el pecado no tendrá dominio sobre nosotros puesto que hemos sido resucitados con Cristo” [1] (Ver Ro. 6:4-11, 14, 18, 22).

De igual manera responde Frederick Leahy: “Las doctrinas bíblicas de la regeneración y de la presencia permanente del Espíritu Santo en la vida del creyente imposibilitan por completo la posesión demoníaca de un creyente” [2] (Ver 1 P. 1:22; 1 Co. 3:16).

Por eso es que este ultimo autor hace dos preguntas cuando le mencionan supuestos casos de creyentes que se dicen están poseídos: “¿Estaban regeneradas las victimas?” y “¿Estaban realmente poseídas?”[3]. Puede ser que se trate de personas que realmente no han sido regeneradas, aunque tal vez hayan asistido a la iglesia por años; o de cristianos verdaderos que estén sufriendo algún tipo de dolencia que le llevara a algún comportamiento extraño.

En conclusión, aunque la Escritura no responde esta pregunta explícitamente, podemos asegurar, por la evidencia revelada, que un verdadero cristiano no puede ser poseído por los demonios, aunque sí puede ser tentado y atacado por los mismos, siempre bajo el permiso de Dios. Es incompatible que un cristiano esté habitado por el Espíritu Santo y a la vez esté habitado por Satanás. Ahora bien, debido a que sí seremos atacados, la Escritura claramente revela la forma de lidar con con dichos ataques: resistir con firmeza (Ef. 6:10-18).


[1] Doctrina Bíblica, Pág. 179

[2] Satanás Echado Fuera, Pág., 85

[3] Idem, pag.84.
Recibe cada día los artículos, podcasts, y vídeos más recientes.
CARGAR MÁS
Cargando