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Me hacen esta pregunta a menudo. Pero no es cierto. No uso trajes negros todo el tiempo.

Tengo y uso ropa de diferentes colores de vez en cuando. Sin embargo, me visto igual casi todo el tiempo, y mi esposa e hijos se sorprenden cuando salgo del armario con algo que no sea un traje negro, camisa blanca, y corbata negra.

Mi padre era un conocedor de la ropa fina. Se le recuerda por su predicación, su generosidad, y su ropa. Mi padre no se vestía con ropa llamativa. Pero siempre estaba impecable. Ese gen no me tocó.

Aprendí de mi padre a vestir de manera conservadora. Mi padre siempre insistió en que sus predicadores jóvenes llevaran trajes oscuros. Apuntaba al atavío típico del presidente como un modelo. También hacia incapié de cómo Martin Luther King Jr. y otros líderes del movimiento de los derechos civiles se vestían en los eventos públicos.

Pero hay una razón mayor por la que me visto como me visto en el púlpito.

Yo soy hijo de un predicador, y comencé mi primer pastorado a la edad de diecisiete años. Necesitaba que la gente me tomara en serio. Y no quería que mi manera de vestir fuera una razón por la que las personas maduras despreciaran mi juventud.

Algunos años después, prediqué en un servicio con un profesor del seminario. La primera noche, me dirigió muy poco la palabra. Más tarde confesó que esperaba que yo fuera un escandaloso. Y determinó que si yo salía del ascensor vestido y actuando como un escandaloso, no me iba a hablar durante toda la semana.

No lo tomé como algo personal. Encontré divertidos sus comentarios. Pero se quedaron conmigo. Y desde entonces he estado usando trajes negros predominantemente.

En este punto, me pongo un traje negro, camisa blanca, y corbata negra la mayor parte del tiempo porque soy perezoso. No pensar en qué me voy a poner hace que mi vida sea más fácil. Y al ser un predicador que viaja con frecuencia, ¡hace que empacar sea más fácil también!

Varios de los predicadores que respeto llevan trajes negros cuando predican la mayoría del tiempo. Su ejemplo, obviamente, me ha influenciado. Pero ahora, cuando me preguntan quién me ha influenciado a llevar trajes negros y corbatas, les doy una respuesta inesperada: Mike Tyson.

Yo era un gran fan de Mike Tyson.

Es bien conocido que Tyson subía al ring con pantaloncillos y zapatos negros. Sin calcetines. Sin bata. A diferencia de los boxeadores actuales, que llegan al ring bailando como tontos con raperos a todo volumen, Tyson entraba en el ring como un hombre con una misión. ¡Sus oponentes a menudo parecían vencidos antes de que la pelea arrancara!

Quiero subir al púlpito de esta manera. Quiero que mi apariencia, mi comportamiento, y mi conducta demuestren que estoy trabajando en la obra del Reino. Quiero levantarme para predicar como un heraldo del Rey, no como un alcahuete, payaso, o artista.

No tengo ninguna razón bíblica, teológica, o religiosa para usar trajes negros todo el tiempo. Pero es mi protesta silenciosa contra la falta de respeto hacia la dignidad del púlpito. Necesitamos predicadores que luzcan, hablen, y se comporten como predicadores, no como entrenadores, presentadores de televisión, o modelos de revista.

  • ¿A quién le importa tu sentido de la moda?
  • ¿A quién le importa quién es tu sastre?
  • ¿A quién le importa cuál diseñador de ropa llevas?
  • ¿A quién le importa con cuánta habilidad combinas los colores?
  • ¿Quién se preocupa por tu “ministerio de calcetines”?

¿Tienes una palabra del Señor? Eso es todo lo que importa.

¡Que el Señor nos ayude a comportarnos en el púlpito de manera en que la congregación no recuerde lo que vestimos, sino que no pueda olvidar la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo que predicamos!


Publicado originalmente en H.B. Charles, Jr. Traducido por Scott Matson. Crédito de imagen: Lightstock
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