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¿Cómo deberían relacionarse los cristianos con el mal? ¿Cómo debemos pensar y sentir y actuar acerca del mal satánico? ¿La muerte? ¿Los desastres naturales? ¿Qué tal el mal y el dolor que enfrentamos en nuestras propias vidas diarias?

Aquí está mi breve respuesta. Por un lado:

1. Anticipa el mal. “Amados, no se sorprendan del fuego de prueba que en medio de ustedes ha venido para probarlos, como si alguna cosa extraña les estuviera aconteciendo” (1 Ped. 4:12).

2. Soporta el mal. “[El amor] todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Cor. 13:7; cp. Mr. 13:13).

3. Da gracias por el efecto de refinamiento que te viene debido al mal que te enfrenta. “Den siempre gracias por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a Dios, el Padre” (Ef 5:20; cp. 1 Tes. 5:18). “Nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia…” (Rom. 5:3-5).

4. Aborrece el mal. “El amor sea sin hipocresía; aborreciendo lo malo, aplicándose a lo bueno” (Rom. 12:9).

5. Ora para escapar del mal. “No nos metas en tentación, sino líbranos del mal” (Mat. 6:13).

6. Desenmascara el mal. “Y no participen en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien, desenmascárenlas” (Ef. 5:11).

7. Supera el mal con el bien. “No seas vencido por el mal, sino vence el mal con el bien” (Rom. 12:21).

8. Resiste el mal. “Resistan, pues, al diablo, y huirá de ustedes” (Stgo. 4:7).

Cuatro cosas que jamás deberíamos hacer con el mal

Pero por otro lado:

1. Nunca te desesperes pensando que este mundo malvado está fuera del control de Dios. “[Él] obra todas las cosas conforme al consejo de Su voluntad” (Ef. 1:11).

2. Nunca te rindas ante el sentido de que a causa del mal aparentemente al azar, la vida es absurda y sin sentido. “¡Cuán insondables son Sus juicios e inescrutables Sus caminos! . . . Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la gloria para siempre. Amén” (Rom. 11:33, 36).

3. Nunca cedas a la idea de que Dios peca, o es injusto, o que no es recto en la manera en que gobierna el universo. “Justo es el SEÑOR en todos Sus caminos” (Salmo 145:17).

4. Nunca dudes de que Dios está totalmente a tu favor en Cristo. Si le confías con tu vida, estás en Cristo. Nunca dudes de que todo lo malo que se te acontece a ti es disciplina paternal y amorosa de Dios que te purifica y salva. No es una expresión airada de su castigo. Aquella ira fue puesta sobre Jesucristo nuestro sustituto (Gal. 3:13; Rom. 8:3). Solo obtenemos la misericordia de Dios, y nunca su ira, si somos sus hijos a través de la fe en Jesús. “El Señor disciplina al que ama, y ​​azota a todo el que recibe por hijo” (Heb. 12:6).

Cuando renunciamos a los planes del diablo y confiamos en el poder y la sabiduría y la bondad de Dios mostrada en los humildes triunfos de Jesucristo, cumplimos con el propósito de Dios de permitir que Satanás viva solo por un poco más tiempo. Glorificamos el valor de Jesús que es infinitamente superior. Así que te invito a confiar en Él y asombrarte de cómo te salva y derrota a Satanás en un gran sacrificio de amor.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Scott Matson.
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