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En densa oscuridad vagué
Perdido en el error
La senda vana del placer
A muerte me llevó
Siendo rebelde a Tu voz
Quisiste amarme así
De no haber sido por Tu amor
Aún huiría de Ti

Con este primer y sombrío verso inicia este himno moderno, que dicho sea de paso, se ha convertido en un favorito para muchos desde su lanzamiento en el 2008 en inglés y en el 2012 en español. La canción se titula “Mi vida es Cristo”, escrita por Jordan Kauflin, un pastor de la Iglesia Redentor, en Arlington, Virginia; y con arreglos musicales hechos por su padre, Bob Kauflin, director de Música Gracia Soberana, y pastor en la iglesia Gracia Soberana en Louisville, Kentucky.

Recientemente le hice algunas preguntas a Jordan y a Bob acerca de la letra de este clásico de nuestro tiempo.

Jordan, ¿qué te sirvió inicialmente de inspiración para escribir “Mi vida es Cristo”, y cuál fue el proceso para llevarla a cabo?

Jordan: Como suele suceder conmigo, el producto final no fue lo que me había propuesto a escribir al principio. Mi hermano Devon y yo estábamos trabajando en canciones para el álbum “Looked Upon”, el cual produjo Gracia Soberana en el 2008. En esos momentos, me sentí inspirado a escribir una canción que hablaba acerca del gozo que tenemos en Jesús, el cual es mayor que cualquier placer que nos pueda ofrecer este mundo. Eso me llevó a tratar de describir la necedad que es el vivir nuestra vida sin Jesús: “En densa oscuridad vagué”.

También fui influenciado por los dos últimos versos del himno de John Newton, “Las cosas viejas pasaron”; específicamente, el pensar que si Dios no nos hubiera amado primero, todavía estuviéramos rehusando su misericordia.

Una vez que establecí las palabras del estribillo, empecé el laborioso proceso de componer cada línea, de forma que contara la historia de la redención y nuestra respuesta a la misma. Mi padre fue de gran ayuda en darle forma a la canción. Yo trabajaba en la letra por un par de semanas, luego la tocaba, y con frecuencia escuchaba de sus labios: “¡Suena bien, pero pienso que podría sonar mejor!”.

La primera estrofa de la canción salió de forma rápida. ¿Cuáles de los versos resultaron ser más difíciles?

Jordan: Dos vienen a mi mente: Primero, el decidir acerca de la estructura del estribillo. Recuerdo haber escrito numerosas ideas, todos ellas meritorias, como por ejemplo:

¡Aleluya! Mi vida eres tú, Jesús
Llamaste a mi alma desesperada a la gracia
¡Aleluya! Mi vida eres tú, Jesús
Ahora firmemente me abrazas

Mi padre se mantuvo retándome a que lo hiciera cada vez más simple.

Finalmente, en parte porque me resigné, pensé: “¿Y si lo dijera solo así?”

¡Aleluya! Mi vida es Cristo
¡Aleluya! Jesús es mi todo

A veces, la simpleza es mejor.

La tercera y cuarta estrofas del tercer verso fueron un reto también. Yo deseaba comunicar algo de la completa dependencia que tenemos en Jesús, aún cuando respondemos en obediencia a Él, pero no pude concebir la idea. Mi padre, entonces, sugirió el concepto de que la gente debe ver que

Tus mandamientos seguiré
Por Tu poder en mí

Eso comunicaba exactamente lo que yo quería decir.

Bob: Mirando atrás acerca de las estrofas originales, estoy muy agradecido de que Jordan haya considerado el estribillo, y que haya trabajado como lo hizo para reducirlo. Valió la pena la inversión para ahora poder cantar con regocijo: “¡Aleluya! ¡Mi vida es Cristo! ¡Aleluya! ¡Jesús es mi todo!”, y saber que eso es todo lo que necesitamos decir.

Parte de la lírica original

La pista estaba terminada, y con ella cerró “Looked Upon”, el álbum que la banda New Attitude (Nueva Actitud) lanzó en la conferencia en el 2008.  ¿Fue “Mi vida es Cristo” tocada por primera vez en vivo en aquella conferencia en Louisville?

Bob: Sí, la primera vez que cantamos fuera del contexto de la iglesia local fue en Nueva Actitud 2008. Hasta entonces, solo se había tocado en nuestra iglesia.

Así que la canción comenzó a difundirse de iglesia en iglesia con bastante rapidez. Mientras eso sucedía, ¿cuál fue la respuesta inmediata?

Jordan: Cuando finalmente terminé con el proceso de composición, yo pensé que había escrito una canción aceptable. Nada del otro mundo. Decente. Pero la gente empezó a expresar cuán profundo esa canción les había ministrado mientras la cantaban, de la forma especial en que la canción ponía palabras a las historias de sus vidas, y como se había convertido en una de sus alabanzas favoritas. Yo estaba genuinamente sorprendido.

Recuerdo con claridad estar sentado en una de las sesiones de la conferencia Nueva Actitud, escuchando al pastor John Piper hablar, y cuando empezó su mensaje, él comenzó citando las palabras del estribillo. Mientras él procedía a explicar el verdadero significado de ellas, recuerdo que pensé: “¡Wao, eso es verdaderamente profundo!”. Me alegro que el Señor, en Su sabiduría, me haya dado palabras para escribir, aun cuando no había comprendido el profundo significado de ellas.

Bob: Cuando la canción fue terminada, yo pensé que este era exactamente el tipo de alabanza que yo deseaba cantar y que los demás cantasen. Cada estrofa nos va llevando progresivamente a la inevitable conclusión de que nuestras vidas no son nada sin Cristo y Su evangelio. Yo sospechaba que no iba a pasar mucho tiempo para que las iglesias de todo el mundo la estuvieran cantando.

Bob, según tu perspectiva, ¿cuál ha sido el efecto de esta canción?

Bob: Tal como esperaba, la canción se ha convertido rápidamente en una de las alabanzas más conocidas que Gracia Soberana haya producido. En nuestra página web, tenemos versiones de ella en varios idiomas como croata, chino, alemán, japonés, coreano, ruso y en español, y probablemente tendremos más en un futuro cercano.

Perdí la cuenta del número de personas que me han dicho que la canción describe perfectamente cómo Dios ha trabajado en sus vidas. Y es natural, pues cuenta la historia de cada cristiano.

Sí, siento que tiene un sentir como de Sublime gracia, por su simplicidad y por su forma de encapsular ciertas experiencias universales de la vida cristiana. Jordan, al observar las muchas maneras que Dios ha usado alrededor del mundo esta pieza musical, ¿qué has aprendido acerca del hecho que Dios utilice tus esfuerzos para Su gloria?

Jordan: En numerosas ocasiones, he recibido correos electrónicos de personas que desean saber sobre la inspiración y la historia detrás de la canción. Usualmente, yo les respondo que este no es más que otro ejemplo de cómo Dios usa nuestro simple trabajo para Su gloria. No hubo un momento de gran inspiración, ni tampoco fluyó de alguna historia increíble de la vida de alguien (aunque, ¡la redención es bastante increíble!). Yo no me propuse escribir una canción para que miles de personas la cantaran. Solo quería ser disciplinado en terminar una canción, y francamente me tocó trabajar muy duro para lograrlo.

Todavía no sé el porqué Dios ha elegido esto para bendecir a tantas personas. Pero sí estoy agradecido. Estoy agradecido porque me recuerda constantemente de la belleza, la libertad, y el gozo de vivir en el reino de Dios. Nuestras obras y lo que logramos no nos definen. Pero en Su bondad, Él usa nuestro esfuerzo.

Bendiga una persona o un millón, la misma verdad permanece. Nuestra gloria es Él. Mientras más vivo en esa verdad, más puedo cantar con regocijo y fe: ¡Aleluya! ¡Mi vida es Cristo!

Verdaderamente hay algo poderoso que todo compositor que haya sido llamado a crear himnos, poemas, artículos, sermones, y libros, puede llevarse: Dios usa el tiempo que invertimos y el sudor de nuestras revisiones para Su propia gloria. El trabajo mental para llegar a hacer que los puntos sean claros y simples a menudo es largo y duro; pero al final, el fruto puede llegar a ser suculento y dulce.


Un agradecimiento especial a Bob y a Jordan Kauflin, el dúo padre/hijo detrás de la alabanza “Mi vida es Cristo”.


Publicado originalmente para Desiring God. Traducido por Andreina Lopez.
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