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Los gays nos traen un mensaje profético

Hay una época del año donde las brizas se tornan frescas, la hojas de los árboles se amarillan y comienzan a caer. Cuando estos se juntan, nos llega un claro mensaje: el otoño presurosamente se acerca.  De la misma manera, el cuadro moral del quehacer humano trae un claro mensaje, que en Palabras de nuestro Salvador es dicho así: “Como en los días de Lot…Así será la venida del Hijo del Hombre” (Lc. 17). Cuando dice “días de Lot”, se refiere al pecado prevaleciente en su época, y, de manera particular, a la homosexualidad o sodomía.

Un desenfreno

La Biblia define la sodomía así: “Habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza” (Jud. 1:7). Enfocamos la expresión “vicios contra naturaleza”. Las palabras en el original dicen “carne extraña”, u otra carne. Su significado es que para el deleite sexual, se proveyeron de otra carne diferente a la que el Creador proveyó para eso. Ellos abusaron o utilizaron para el sexo una carne que Dios había diseñado, no para eso, sino para otro uso. Dios nunca mandó que varón y varón, o hembra y hembra hicieran tal cosa. Solo varón y hembra son una sola carne. Crisóstomo, comentando Romanos 1:27, dice: “Por ordenanza divina el matrimonio hace de dos una sola carne, ambos sexos en uno, pero la inmundicia sodomita la misma carne la divide en dos”.

En lo actual

Cuando hablamos de este desagradable tema, nuestras mentes se trasladan al pasado, y una figura abominable de Sodoma se levanta en la imaginación. Pero no vayamos muy lejos: hoy, con inusitada frecuencia, estamos viendo cosas similares. No hay un día en que los periódicos no traigan una información relacionada con el avance de la sodomía, no para condenarlo, sino con el fin, intencional o no, de que se haga tan común que nos parezca algo natural, una simple inclinación sexual. Al punto que para hacerlo potable le han cambiado el nombre, y ahora se le denomina “gay”.

En años pasados, un comentarista de TV en USA fue despedido de una planta televisora por decir en público que la sodomía era un pecado. Los homosexuales escribieron a la dirección quejándose, y el periodista fue despedido. De igual manera, el senado de USA ha admitido homosexuales abiertos en las filas del ejército.

Pero no tenemos que buscar en otras regiones. En la ciudad de Santo Domingo hubo un congreso panamericano del derecho de la mujer, y en nuestras calles, sodomitas y lesbianas hicieron un desfile para que el mundo sepa que ellos están ahí y que tienen derechos, como si fueran una minoría étnica. Si no estamos en los tiempos del fin, un juicio del cielo contra la fornicación y la sodomía no se tarda.

Un mensaje

La abundancia de este pecado es signo de una gran actividad diabólica sobre la tierra. Una de las obras preferidas del diablo es inducir los hombres a concentrarse en las cosas terrenales y que se olviden de Dios (cp. Mt.16:23). Y eso será uno de los signos de la aproximación del final de esta tierra. El escritor divino lo revela aún más claro en otro lugar: “¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo” (Ap. 12:12).

Este pecado siempre ha existido en el mundo, pero al final será epidémico, o por qué no, moralmente pandémico. Si una piedra comienza a rodar cuesta abajo no se detendrá hasta el fondo. Los sodomitas cada día irán de mal en peor.

Nuestro Salvador revela a Su pueblo las características prevalecientes en la época previa al fin del mundo o al Regreso glorioso del Hijo de Dios. En parte nos dice que habrá una gran semejanza entre los tiempos que vivió Lot y el tiempo final. Decimos en parte, pues los tiempos de Noé aportan información adicional al cuadro escatológico pertinente. Siendo así, no debe ser difícil determinar la aproximación del juicio final al ver que esas semejanzas estén ocurriendo.

El reloj que marca el castigo del cielo sobre los moradores de la tierra no es cronológico, sino moral. La inmoralidad de los hombres atraerá ruina y destrucción, de modo que el año 2020 o cualquier otro como fecha, significa poco con relación al fin del mundo. No es el paso del sol sobre el planeta o la cuenta de los días lo que mueve la justicia del Creador sobre sus criaturas racionales, sino la manera como ellas viven.

En los días de Lot hubo un desenfreno moral en los hombres, para que en la venida de Cristo se combinaran ambos cuadros de maldad: “Como fue en los días de Noé, así será en los días del Hijo del Hombre… Asimismo como sucedió en los días de Lot… Más el día que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre y los destruyó a todos” (Lc.17:26, 28-29). Serán tiempos moralmente intolerables.

Buenas nuevas

Aun para ellos no todo es un mal reporte. La Biblia trae una buena y salvífica noticia para los gays. El evangelio también es buenas nuevas para los homosexuales. El Señor Jesús lo promete: “Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres” (Mt. 12:31). Y Pablo testifica haber visto homosexuales trasformados por la gracia: “¿No sabéis que los afeminados, ni los que se echan con varones, heredarán el reino de Dios?” (v9-10). Y a seguidas agrega de muchos perdonados: “Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios” (1Co 6:9-11). Repito, pues, la hermosura de esta divina promesa: “Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres”.

La actividad sodomita o el orgullo gay, como se le ha denominado, traen un claro mensaje: el regreso glorioso de nuestro Señor y Salvador Jesucristo está cerca. Mucho más cerca de cuando creímos. Tristemente, para ellos es una venida de Juicio por su pecado no arrepentido. Son dignos de compasión. Pero la buena nueva es que nuestro Cristo se deleita en salvar al impío que cree. Amén.

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