¡Únete a nosotros en la misión de servir a la Iglesia hispana! Haz una donación hoy.

×

¿Por qué se acabó el vino en la boda de Caná (Juan 2:1-12)? ¿Planificaron acaso los anfitriones imprudentemente? ¿Acaso aparecieron huéspedes no invitados que causaron un excedente en su capacidad? ¿Se les terminaron los fondos para proporcionar suficiente vino?

La Biblia no nos lo dice, lo que es una misericordia. Porque si se trataba de un fallo de la sabiduría humana, de fuerza o recursos —todos fracasos familiares para nosotros— era una necesidad que los anfitriones humanos no podían cumplir.

Pero sin saberlo los anfitriones, el Señor de los ejércitos encarnado era un invitado en esta boda. María sin embargo lo sabía, y ella sabía que él era capaz de hacer abundar toda gracia para que hubiera todo lo suficiente para satisfacer esta necesidad (2 Corintios 9:8). Así que ella informó a su hijo, el Señor, acerca de esta necesidad y así fluyó la gloriosa gracia libremente.

Pero la gloria que Jesús manifestó en esta boda era más que su autoridad omnipotente sobre la naturaleza. Para aquellos que pudieron verlo ese día, hubo una gloria más profunda y más brillante del amor de la trinidad de Dios, amor que apareció para aquellos débiles y empobrecidos por el pecado.

A partir de la plenitud de Jesús, los invitados recibieron gracia sobre gracia (Juan 1:16). Bebieron el mejor vino de la tierra jamás creado, hecho por el mismo Creador de las uvas. Pero más que eso, el vino que bebieron era una anticipación del evangelio.

Jesús sabía que el tiempo para hacer el verdadero vino del evangelio en el Calvario aún no había llegado (Juan 2:4). Pero este vino de la boda, derramado de vasos de purificación, anunció al mejor de todos los vinos, el cual se serviría después de que los humanos hubieran hecho todo lo posible dentro de su naturaleza pecaminosa e insuficiente para satisfacer sus necesidades, y aun así hubieran fracasado. Este vino fluiría libremente con abundancia infinita del recipiente más puro de todos los tiempos para la mejor boda de todos los tiempos.

Por eso, cuando se te acaba el “vino” hoy en día, cuando falla tu sabiduría, poder, recursos, o cuando no cumples con la justicia de la ley de Dios, o no amas al Señor con todo tu corazón, no tienes que temer. Jesús, tu Señor, tu novio, el Maestro del gran banquete de bodas, tiene infinito poder y amor infinito y “puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, a fin de que teniendo siempre todo lo suficiente en todas las cosas, abunden para toda buena obra” (2 Corintios 9:8).

Confía en él. Jesús proporcionará el vino que necesites. Simplemente haz lo que él te pida hacer.


Publicado originalmente en Desiring God. Traducido por Gabriela Fischer
Recibe cada día los artículos, podcasts, y vídeos más recientes.
CARGAR MÁS
Cargando