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Nota del editor: 

Aunque desde Coalición por el Evangelio no acostumbramos el nombrar a falsos maestros, las palabras de Jesús en el Sermón del Monte son tan relevantes hoy como lo fueron en el Siglo I: “Cuídense de los falsos profetas, que vienen a ustedes con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán” (Mt. 7:15-16). Cada lunes estaremos publicando una entrada de esta serie hasta terminar con una entrada escrita originalmente para nuestros contextos, con el propósito de ayudar a la iglesia a entender mejor las enseñanzas que son contrarias a la sana doctrina. Esta es la 6ta. entrada de la serie Falsos Maestros.

Otras entradas de la serie Falsos Maestros: Arrio, Pelagio, Mahoma, Joseph Smith, Elena de White.

Charles Taze Russell

Charles Taze Russell nació el 16 de febrero de 1852 en Pennsylvania, el segundo de los cinco hijos de José y Ann Russell. Charles creció en un hogar devoto y sus padres fueron miembros respetados de la iglesia presbiteriana. Cuando era joven, su familia se mudó a Pittsburgh, donde su padre llegó a ser dueño de diversas tiendas de mercería. En su adolescencia Charles se convirtió en socio de este negocio, y pronto llegó ser dueño de varios locales.

De niño, Charles tuvo un gran entusiasmo religioso, y cuando era solo un adolescente dejó su congregación presbiteriana para asistir a una iglesia congregacional. A menudo iba a lugares públicos y para evangelizar utilizaba tiza para escribir versos de la Biblia relacionados con el pecado y la condenación. Pero a la edad de dieciséis años Charles se involucró en un debate con un amigo que lo llevó a cuestionar la fiabilidad de la Biblia y la validez de la fe cristiana. Se embarcó entonces en un período de búsqueda religiosa e incursionó en muchas religiones orientales antes de determinar que estas, también, eran vacías y poco satisfactorias.

A la edad de dieciocho años conoció la predicación adventista y comenzó a asistir regularmente a un estudio bíblico. No pasó mucho tiempo antes de que él determinara que no podía conciliar un infierno eterno con un Dios misericordioso. Durante los siguientes dos años vino a cuestionar muchas otras doctrinas cristianas históricas y se convenció de que los credos históricos traicionaron el verdadero cristianismo. Al mismo tiempo adoptó enseñanzas adventistas: que el fin de los tiempos había comenzado en 1799; que Cristo había regresado invisiblemente en 1874 y había sido coronado Rey de los Cielos cuatro años más tarde; que todos los cristianos que ya habían muerto serían resucitados antes del final de 1878 y que el año 1914 marcaría el final del período de la cosecha y daría paso al Armagedón. Charles vendió sus cinco tiendas de ropa, ganando una cantidad importante de dinero (el equivalente actual a varios millones de dólares) y dedicó su vida a la escritura, la edición y la financiación de la propagación del mensaje del inminente regreso de Cristo. En un primer momento hizo esto a través de una asociación con Nelson H. Barbour y su periódico adventista “Heraldo de la Mañana”.

Llegó el 1878 y terminó sin ninguno de los eventos predichos, por lo que Charles se vio obligado a volver a examinar sus creencias y a distanciarse de algunos de sus compañeros adventistas, incluyendo a Barbour. Él fundó su propia revista, a la cual tituló Torre del Vigía -o Atalaya- de Sión (Zion’s Watch Tower) y Heraldo de la Presencia de Cristo (Herald of Christ’s Presence). En este tiempo se casó con Maria Frances Ackley en una unión aparentemente célibe que duraría hasta 1897, terminando en un amargo divorcio.

En 1881 Russell fundó la Sociedad Bíblica y de Tratados “La Atalaya” (Watch Tower Bible and Tract Society), que creció como una sólida publicación y pronto tendría unos 16 millones de libros y folletos impresos. Su ministerio y sus oportunidades de predicar crecieron exponencialmente y el pastor Russell, como se llegó a conocer, pronto tuvo seguidores a lo largo de los estados del norte y el este en Estados Unidos. Él predicó y escribió constantemente, sus sermones fueron impresos en varios miles de periódicos de todo el mundo y se convirtió en uno de los predicadores más famosos del mundo. Con el tiempo trasladó la sede de la Sociedad a Brooklyn, Nueva York, donde aún permanece actualmente.

Russell murió de cistitis el 31 de octubre de 1916, cerca de Pampa, Texas, mientras intentaba regresar a su casa en Brooklyn. Al momento de su muerte, sus escritos se habían convertido en una de las obras más ampliamente distribuidas en el mundo. Algunos estiman que cuando murió, solo la Biblia y el almanaque chino estaban en mayor circulación que sus innumerables libros y folletos.

Su falsa enseñanza

A diferencia de tantos otros falsos maestros antes y después de él, Russell no se basó en visiones o en otra revelación extra-bíblica. Por el contrario, se limitó a interpretar y mal interpretar la Biblia. Con el pretexto de ser un cristiano que estaba “restaurando la fe del Nuevo Testamento”, negó muchas doctrinas cristianas fundamentales, incluyendo el castigo eterno, la Trinidad, la deidad de Cristo y la existencia del Espíritu Santo.

Russell, como la mayoría de los adventistas, negó la existencia del infierno como el lugar donde el malvado enfrenta la ira de Dios. También sostuvo que el alma simplemente deja de existir después de la muerte.

Al igual que Arrio en siglos anteriores, él sostuvo que Jesús era un ser creado y era de hecho el Arcángel Miguel en forma humana. Aunque sí enseñó que Jesús murió en lugar de la humanidad, también enseñó que Jesús solo resucitó espiritualmente y no físicamente. Mientras negó la divinidad de Jesús, también negó la existencia del Espíritu Santo, enseñando que el Espíritu no es una persona sino simplemente un nombre dado para expresar una manifestación específica del poder de Dios. Al negar la divinidad de Jesús y la existencia del Espíritu Santo, necesariamente negó la Trinidad.

Seguidores y adherentes modernos

Los que siguieron a Russell durante su vida se refirieron a sí mismos como Estudiantes de la Biblia. En los años después de su muerte, Joseph Franklin Rutherford le sucedió como presidente de la Sociedad Atalaya. A pesar de que muchas personas se retiraron del movimiento Estudio de la Biblia, y a pesar de que aquellos que permanecieron se dividieron muchas veces, los seguidores de Rutherford mantuvieron el control de la Sociedad Atalaya y oficialmente se renombraron Testigos de Jehová en julio de 1931.

La Sociedad Atalaya sigue siendo el órgano religioso oficial de los Testigos de Jehová. Aunque sus creencias y su estructura han evolucionado en el siglo pasado, siguen afirmando que hay un solo Dios en una persona, que no hay Trinidad, que Jesús fue el primer ser creado por Dios, que el Espíritu Santo es una fuerza impersonal de Dios, y que no hay infierno. Mientras que Russell es honrado entre los Testigos de Jehová, no se refieren a él como su fundador. Por el contrario, sostienen que Jesús es su fundador, mientras que Russell era simplemente un hombre usado por Dios para restaurar las creencias que se habían perdido.

Hoy en día hay unos 8 millones de testigos de Jehová en el mundo.

¿Qué dice la Biblia?

La Biblia enseña claramente, con fuerza, y en repetidas ocasiones, que el infierno es real y que en el infierno la ira de Dios se derrama sobre los pecadores en un castigo eterno consciente.

La Biblia enseña con la misma fuerza y ​​claridad que Jesús es co-eterno con Dios, no creado, y en todas las formas completamente divino. Esto se demuestra diversos lugares en el Nuevo Testamento. Entre ellos se encuentra Juan 20:28, donde Tomás exclama a Jesús: “Mi Señor y mi Dios”; Hechos 7:59, donde Esteban ora a Jesús; y en Juan 10:30 donde Jesús afirma: “Yo y el Padre somos uno”. Juan 1 es un texto clave que la Biblia de los Testigos de Jehová ha modificado para hacer a Jesús “un dios” en lugar de “Dios”.

El hecho de que el Espíritu Santo es una persona y no una fuerza impersonal o una manifestación del poder de Dios está atestiguado en muchos pasajes que se refieren a la fórmula trinitaria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Una gran cantidad de versículos hablan de su personalidad, incluyendo Romanos 8:11, “Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos también dará vida a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que habita en vosotros”. El Espíritu es una persona que puede enseñar, entristecerse, ser resistido, hablar, ayudar, y mucho más.


Este artículo fue publicado originalmente el 23 de marzo 2014 en el blog de Tim Challies. Traducido por Omar Jaramillo.
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