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En espera de la plenitud de gozo al servir

Mi teléfono sonó en la mañana del lunes. “Quería llamar para decirte esto en persona”, mi compañero de trabajo dijo, “y no es bueno”.

No es lo que quería oír.

Hemos estado trabajando durante tres meses para prepararnos para la primera visita de mi amigo y mentor, George Verwer, a Nigeria. Él estará hablando en múltiples reuniones sobre la obra de Dios en todo el mundo. La primera de nuestras tareas, era asegurarnos que más de 10,000 copias de sus libros estuvieran impresos y listos para su visita. Viajamos desde los Estados Unidos para desarrollar una relación con una imprenta que se asocian con nosotros regularmente. Nuestro personal de Nigeria ha hecho múltiples visitas; hace meses nuestro depósito se pagó, y todo parecía que estaba caminando.

Hace unas dos semanas, hubo un conflicto cercano a la imprenta entre el ejército y miembros de la tribu nómada en un camino con el que estoy familiarizado. Trágicamente, en el campus de la imprenta, un trabajador murió en el enfrentamiento de fuego cruzado. Para agravar esta tragedia hubo otros retrasos.

Después de cien horas de trabajo, llegué a la conclusión de que los libros tal vez no iban a estar listos a tiempo. ¿Qué más se podría haber hecho? Estoy avergonzado, desanimado, y preguntando por qué.

Es demasiado pesado

En otra ocasión estuve en Kenia con mis amigos y socios hablando de la edición de la Biblia de Estudio de África —el primer estudio completo de la Biblia escrito por los africanos para África—. Más de 400 millones de cristianos en África no tienen una Biblia con notas y este proyecto ayuda a satisfacer las necesidades espirituales de sus culturas proveyendo aplicaciones de la Biblia a temas como la esclavitud, la poligamia y la brujería. En estos momentos, 300 africanos de 45 países están trabajando con nosotros para escribir más de 2,000 notas y artículos, lo cual es un trabajo pesado.

Durante el almuerzo con tres editores en el campus de su universidad (tres de los principales teólogos de su país) quedó claro por qué el trabajo había sido tan lento. Ellos no habían logrado tener acceso a Internet desde su casa. Después de largos periodos de enseñanza y de servir en el campus, se veían obligados a quedarse hasta tarde para tener acceso a la red del campus para completar los proyectos de edición en nuestro sistema de Internet. Además de esto, debido a la reciente crisis financiera en su país y en su universidad, no se les había pagado en meses. Los recursos eran escasos, pero por un total de 200 dólares, se compró acceso a Internet en su casa para los tres.

Imagina ser uno de los teólogos de más alto nivel en un continente con 400 millones de cristianos y no poder tener acceso a Internet por falta de 70 dólares en equipos y costos de suscripción. Yo podría seguir y seguir describiendo problemas, dificultades y complicaciones para lograr cosas sencillas en África que me tomaría poco tiempo aquí en Chicago.

Recientemente, al reflexionar el la frustración producida por una complicación de tres meses para una transacción que habría tomado una contraseña y un par de clics en los Estados Unidos, me sentí como si hubiera tenido suficiente. La carga sobre mí se sentía demasiada pesada. Algo se quebró dentro de mi, y yo lloré delante del Señor.

Gozo puesto delante de nosotros

Pero ahora, después de la llamada telefónica mañanera, se extiende sobre mi cabeza una frase diferente.

Corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra de el trono de Dios. (Hebreos 12: 1-2)

A causa del gozo que lo espera.

Entonces, ¿qué significa para mí este pasaje en este momento? ¿Significa ceder a las luchas y frustraciones?

Estoy aprendiendo que la alegría del servicio fiel a menudo es algo así como una mujer que da a luz. Ella está dispuesta a soportar las molestias del embarazo y la agonía de dar a luz por la alegría de tener un hijo. Debido al gozo que viene —“el gozo que fue puesto delante de él”— puede ser lo suficientemente fuerte para pasar por los dolores de la actualidad.

El gozo es real, tangible y digno de celebrar y se puede sentir en vigor en los mejores momentos, pero aún no está del todo aquí. Gran parte del tiempo, todavía estamos en la parte de labor, el hijo de la promesa no ha nacido aun. Estamos viviendo en tan solo una parte de la alegría, y en espera de la plenitud de venir.

Algún día, quiero estar delante de Jesús y ser capaz de decir honestamente, “Lo hice, con tu ayuda. A pesar de que tener una fe débil y muchas luchas, me entregué en servicio a aquellos que están más olvidados y necesitados, como tú me pediste”.

A medida que Dios te llama a dar un paso al frente y servir a los que Dios ha amado y elegido en una parte diferente del mundo, o fuera de su zona de confort, Él no promete que eso será fácil. La vida cristiana no es fácil. Satisfacer las necesidades de los demás no es fácil. La lucha contra la oscuridad en un mundo de pecado y el dolor no es fácil; pero es bueno. Jesús ha puesto su gozo ante nosotros. No vamos a estar decepcionados con su recompensa.

Al igual que una mujer dando a luz, o el mismo Jesús perseverando en su camino a la cruz, los obstáculos, las resistencias y los sufrimientos presentes del trabajo pronto serán eclipsados ​​por la alegría de ver el reino inconmovible de Dios proclamado con poder, compasión y justicia.

Por lo tanto, mis queridos hermanos, ser firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor, sabiendo que en el Señor vuestro trabajo no es en vano. (1 Corintios 15:58)


Publicado originalmente en Desiring God. Traducido por Eri Miranda.
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