¡Únete a nosotros en la misión de servir a la Iglesia hispana! Haz una donación hoy.

×

Recuerdo el sudor en mi frente, las manos temblorosas y una visión nublada por el nerviosismo. De momento, al comenzar la primera canción, me di cuenta que yo estaba tocando mi guitarra en un tono distinto al resto de los músicos. Yo había sugerido el cambio, y fui el único que empezó en la nota equivocada. ¡Qué desastre! Como se pueden imaginar, mis primeras experiencias como líder de alabanza no fueron grandiosas. Yo tocaba las mismas canciones todos los domingos, ya que mi repertorio musical no era muy extenso y tenía la tendencia de escoger canciones que le quedaran bien a mi voz. Desafortunadamente, no me daba cuenta que el enfoque de mi alabanza los domingos era yo.

Un tiempo después decidí analizar lo que otros líderes de alabanza estaban haciendo. Pensé que lo más importante era el aprender buena teología para poder verbalizar exhortaciones como las de ellos. Pero, nuevamente, me di cuenta que esta era una forma enmascarada de seguir exaltando el “yo”. No fue hasta casi un año en esta situación que pude participar en un programa de nueve meses para líderes de alabanza bajo la tutela de Bob Kauflin, Director de Música de Sovereign Grace Ministries, y Ken Boer, Director de Música de Covenant Life Church. Durante este internado pude estudiar varios libros que hablaban de la teología de la adoración, la historia de la iglesia, y la teología sistemática. Poco a poco, mis ojos fueron abiertos y mis motivaciones fueron cambiando. El Señor fue produciendo algo en mí que llevó a mi mente a pensar menos en mí y más en el cuidado que pudiera tener por la iglesia. Ya no era acerca de lo hermoso que debería sonar la música, sino de la enseñanza teológica y bíblica que se transmitiría a través de la música. Mi gran problema era que tenía un corazón dispuesto a servir, pero no tenía un corazón para pastorear.

Entonces, ¿cuál es el rol del líder de alabanza? El nuevo testamento no es muy específico acerca del trabajo del líder de alabanza. Sin embargo, en Efesios 4:12-13 vemos los tipos de siervos que Dios usa para la edificación de su iglesia:

“Y El dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”.

Dios quiere usar siervos que capaciten a los santos para la edificación del cuerpo de Cristo. Es por esto que el líder de alabanza usa el don de liderazgo, enseñanza y administración, en combinación con el don de la música, para cuidar, guiar e instruir a la congregación. Y todo esto debe de hacerse bajo el cuidado y la instrucción del pastor general de la iglesia. En su libro Worship Matters, Bob Kauflin dice esto acerca del rol del líder de alabanza:

Un líder de alabanza fiel magnifica la grandeza de Dios en Cristo Jesús a través del poder del Espíritu Santo al hábilmente combinar la Palabra de Dios con la música; motivando de esa forma a la iglesia a proclamar el evangelio, a atesorar la presencia de Dios y a vivir para la gloria de Dios.

El rol del líder de alabanza es enseñar.

Muchas iglesias tienen diferentes formas de ver el rol de líder de alabanza. Algunos piensan que tiene que ser el que mejor cante en la iglesia. Otros lo consideran como el que dirige el tiempo de la música, aunque no necesariamente cante. Aun otros los ven como pastores. Basado en Efesios 4, yo entiendo que el líder de alabanza no tiene que ser un pastor egresado de un seminario, aunque sería de gran bendición, pero sí debe ser una persona con un corazón pastoral. Alguien que cuide, enseñe, ame, sirva y sea de buen testimonio. Por eso incluyo tres características que deben acompañar a un líder de alabanza:

Madurez espiritual

Hebreos 13:7-9 nos dice  ”no os dejéis llevar por doctrinas diversas y extrañas”. Un líder de alabanza que es maduro espiritualmente no se deja llevar por cualquier viento de doctrina, y puede identificar las doctrinas falsas. Es como árbol plantado que da fruto, cuya hoja no se marchita, y medita de día y de noche en la ley del Señor y hace de ella su deleite (Salmos 1:2-3). También crece en su fe y conocimiento con toda diligencia (2 Pedro 1:5). Un fruto de ser espiritualmente maduro es entender y enseñar la Palabra de Dios de manera fiel, escogiendo canciones que sean centradas en el evangelio. Sus exhortaciones siguen el modelo, A.B.C.: son aplicables, bíblicas y claras. Son aplicables a las vidas de las personas; bíblicas, porque solo la Palabra de Dios cambia corazones, y claras porque el pueblo tiene que entenderlas para cambiar.

Liderazgo

Romanos 12 dice que los líderes deben de dirigir con diligencia. Lo anterior conlleva el tener una intima relación con el Señor y el planificar. Es importante conocer a quién adoramos (Mateo 15:8-9). Nuestras exhortaciones y nuestra música deben llevar a la congregación a enfocarse en lo bueno, maravilloso, hermoso, majestuoso, misericordioso y poderoso que es nuestro Dios. También deberíamos enfocarlos en las verdades del evangelio, especialmente en el sacrificio que hizo Jesús por nosotros. Cuando de forma diligente, y movidos por el Espíritu Santo, la iglesia se enfoca en la majestad de Dios, tendremos personas que serán afectadas y quedarán maravilladas al poder entender la gracia de Dios. Cuando la música, las sensaciones y el líder de alabanza se convierten en el centro de la adoración, esta se enfoca en el hombre y no en Cristo. Por esta razón debemos mover a la congregación a enfocarse en la Palabra de Dios. Un ejemplo de cómo podemos hacer esto es al corregir ideas inadecuadas de Dios, trayendo verdades bíblicas a nuestras exhortaciones. Llegarán personas los domingos que vienen con una idea de que Dios es pequeño y que sus problemas son grandes. El líder de alabanza debe utilizar cada oportunidad para corregir esa mentira y mostrar a Cristo, al exhortar mediante la Palabra de Dios y la música.

Habilidades Musicales

La música es importante. He escuchado varias veces lo siguiente: “lo que Dios mira es el corazón, la habilidad musical no importa”. Sí, es verdad que Dios mira primeramente el corazón, pero Él no es sordo. Dios nos llama a buscar las dos cosas, habilidad musical y que nuestro corazón esté en el lugar correcto. Por ejemplo, Bezaleel y Aholiab eran hábiles en su labor, y a la vez tenían corazones dispuestos a servir (Éxodo 36:2). También en 1 Crónicas 15:22 se nos dice que Quenanías, jefe de los levitas, estaba a cargo del canto. Él dirigía el canto porque era hábil. A Dios sí le importa la excelencia musical. Si no, hubiese puesto a carpinteros a cargo del canto. Cuando nosotros buscamos excelencia para adorar a Dios, le estamos dando a Dios lo mejor de nosotros (Números 18:29-30). Sin embargo, el fin no debería ser la excelencia musical, porque esto nos llevará a la arrogancia, al formalismo y a la vana adoración. Nosotros buscamos la excelencia musical para que sea un medio de edificación, bendición y ánimo para la iglesia, no como un estándar musical. Sin embargo, es importante que el líder de alabanza tenga un entendimiento de la música, por lo menos básico, para poder servir a la iglesia al combinar verdades bíblicas con buena música, procurando edificar al cuerpo de Cristo. Aunque no necesitamos la música para escuchar la Palabra de Dios ni para adorar a Dios, la Biblia conecta en varias ocasiones la música con la adoración a Dios (Salmos 150, 43:4 y 45:8). Esto debería motivarnos a ver la música como un aspecto importante de nuestra relación con Dios.

Al final de cuentas, nuestra meta no es ser los mejores líderes de alabanza. Tampoco es el complacer personas. Nuestra meta es anticipar las palabras más dulces: “bien, siervo bueno y fiel” (Mateo 25:21,23). La meta es complacer a uno solo, Dios, al exaltar Su grandeza, poder y majestad. Y hacemos todo esto para la edificación de Su pueblo. Recuerda que Dios amó tanto a su iglesia que envió a su único Hijo a morir por ella. A Dios le importa su pueblo: a nosotros nos debería importar también. Tenemos una gran oportunidad de usar la música combinada con sana doctrina para enseñar a la iglesia a conocer mejor a Dios, con el fin de que ellos se vayan cada domingo más conscientes del amor y la gracia de Dios en sus vidas. Aunque mi deseo no es dogmatizar mis conclusiones sobre el rol del líder de alabanza, sí deseo arrojar un poco de luz sobre un tema que no es muy discutido en las iglesias. Mi meta es que esto sea de ayuda para animar a los líderes a servir con gozo, pasión, fidelidad, y efectividad.

Recibe cada día los artículos, podcasts, y vídeos más recientes.
CARGAR MÁS
Cargando