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Nota del editor: 

También en nuestra serie sobre el evangelio en América Latina:

Colombia es reconocida mundialmente por su café y suministro de esmeraldas. Adicionalmente, Colombia es el único país de América del Sur que tiene una costa sobre el Océano Pacífico y el Mar Caribe y cuenta con varias celebridades que van del autor y ganador del Premio Nobel Gabriel García Márquez al futbolista James Rodriguez.

Al unísono con la mayor parte de América Latina, ha habido una disminución en el Catolicismo Romano en Colombia en los últimos cuarenta años. Según un estudio reciente, casi tres cuartas partes de los protestantes actuales en Colombia fueron criados como católicos, y el 84% fueron bautizados en la Iglesia Católica. En este mismo estudio las dos razones dominantes para el cambio eran el deseo de una “relación personal” con Dios y el deseo de un nuevo estilo de adoración.

La amenaza de secuestros siguen siendo una preocupación en Colombia, aunque las cosas han mejorado. (Al escribir estas líneas, hay conversaciones en curso entre el gobierno colombiano y los izquierdistas rebeldes de la FARC reunidos en La Habana, Cuba). La iglesia evangélica en Colombia ha crecido en medio de estos desafíos. Abundan historias como la de Russ Stendal, que ha ministrado en algunas de las zonas más remotas y peligrosas de Colombia, incluso después de haber sido tomado como rehén por grupos narcoterroristas; o del pastor Jesús Goez, quien ha visto su vida en peligro, pero ha podido decir “la prueba de la misericordia de Dios es que estoy vivo para contar esta historia”.

Continuando con nuestra serie sobre el estado de la iglesia evangélica en América Latina, hablé con David Adams, director de proyectos para Poiema Publicaciones en Medellín, Colombia. En esta entrevista aprendemos sobre la iglesia evangélica en Colombia, la recepción de la teología refomada en América Latina, y más.


¿Cómo describirías el estado de la iglesia en Colombia?

La iglesia en Colombia es una iglesia relativamente joven. Hace 30 años, los llamados “evangélicos” eran muy pocos (menos del 1% de la población) y eran bastante menospreciados por la sociedad. En los últimos 20 años los grupos evangélicos han crecido hasta formar aproximadamente el 10% de la población. El crecimiento principal se ha visto en iglesias pentecostales y carismáticas. Muchas de las personas que llegan son atraídos por la música contemporánea y otras por las “promesas de fe” que reciben en la mayoría de las iglesias.

¿Qué es lo que más te alienta hoy en día de la iglesia evangélica en tu país?

Me anima mucho ver el efecto que el evangelio está teniendo en Colombia, alcanzando a católicos que nunca habían escuchado el evangelio de la gracia (en vez de las obras) y con el gozo de una relación directa con Dios (sin la intermediación de sacerdotes o santos). El evangelio está impactando poderosamente en muchas iglesias cristianas cuyos líderes están descubriendo la riqueza y la profundidad de la predicación expositiva y un ministerio centrado en el evangelio. Están dirigiendo a sus iglesias para volver a la Palabra de Dios después de muchos años de un “cristianismo” centrado en el hombre. En los últimos años la ola del resurgimiento de la reforma ha llegado a nuestras costas y ¡el interés que existe por encontrar recursos centrados en el evangelio es emocionante!

¿Cuál es el desafío principal que enfrenta la iglesia colombiana?

Yo diría que el desafío principal es un “evangelio” que no es la Buena Noticia en lo absoluto. Muchos que se consideran cristianos realmente están siguiendo una religión conductista de prosperidad personal. Ellos reducen el cristianismo a una relación de negocios con Dios donde, si yo obedezco, Dios me dará lo que quiero. Muchas iglesias enseñan que Dios quiere que todos los creyentes sean ricos, que si tienen suficiente fe para dar mucho dinero a la iglesia, Dios les devolverá diez veces esa cantidad de dinero. En un país con tanta pobreza como el nuestro, esta es una trampa tentadora y peligrosa.

Algunos pastores son charlatanes sin vergüenza, mientras que otros son sinceros y sencillamente nunca se les ha enseñado de manera diferente. Muchas iglesias enseñan la “declaración positiva”: lo que declaras con fe se vuelve realidad. Todas estas promesas falsas rápidamente desilusionan y llevan a la frustración. El nominalismo ya es un fenómeno creciente y preocupante. Muchos de los que se llaman cristianos ni saben que lo que han escuchado es una parodia de la verdad. ¡Nunca han entendido el verdadero evangelio!

Sirves como director de Poiema Publicaciones, una casa editorial que está publicando recursos sólidos en español. ¿Podrías compartir más sobre este ministerio y algunos de sus proyectos?

Poiema es una casa editorial (¡sin fines de lucro!) cuya meta es llevar “el evangelio a cada rincón de la vida” a través de libros centrados en la Palabra de Dios. Nuestras oficinas están en Medellín, Colombia, y nuestro ministerio alcanza a todo el mundo de habla hispana. Publicamos libros que son atractivos y accesibles para cualquier persona que entra a una librería, pero lo que encuentran adentro los sorprende y con frecuencia los transforma.

Dios ha abierto puertas para nuestros libros en librerías cristianas en la mayoría de los países de Latinoamérica y ha “movido montañas” para ponerlos en librerías seculares ¡y hasta en aeropuertos! Nuestros libros llevan al lector hacia las Escrituras y le muestran cómo la gracia del evangelio lo puede transformar y cómo puede aplicar este evangelio a cada área de su vida.

Algunos de los títulos que ya hemos publicado:

Algunos libros próximos a salir:

  • Cinco Puntos, John Piper
  • Jueces para ti, y Romanos para ti, Timothy Keller
  • Guerra de Palabras, Paul David Tripp
  • Gracia Extravagante, Barbara Duguid

Desde su punto de vista, ¿cómo ha sido la recepción de la teología reformada en el mundo hispano?

La llegada de un movimiento reformado en varias partes del mundo hispanohablante ha sido refrescante. Una de las cosas que más me alienta es ver cambios (muchas veces graduales) en denominaciones grandes que están volviendo a las Escrituras. También es emocionante ver la plantación de nuevas iglesias centradas en el evangelio que se enfocan en alcanzar a personas que nunca antes han escuchado el mensaje.

¿Cómo podemos orar por la obra de Dios en Colombia?

Por favor oren para que el Espíritu Santo traiga un avivamiento verdadero en Colombia, atrayendo a inconversos hacia Él y dando a los creyentes hambre y sed de Él y de Su Palabra como nunca antes.

Oren para que Dios levante líderes reformacionales que tengan amor y sabiduría para unir iglesias centradas en el evangelio.

Oren para que la iglesia pueda impactar la sociedad en todas las áreas de la vida, tratando con situaciones de pobreza, quebranto familiar, violencia y corrupción.

Colombia necesita un evangelio más amplio que el de la prosperidad personal. Necesita la Buena Noticia de un Dios Soberano quien “reconcilió consigo todas las cosas . . . haciendo la paz mediante la sangre que derramó en la cruz” (Col. 1:20).

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