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En los últimos años he observado una tendencia crecer más y más en el ministerio pastoral. Es un modelo de ministerio muy popular entre algunas iglesias y pastores. Pero aunque se presenta como un ejemplo de una profunda alianza entre los esposos y las esposas, ignora la instrucción bíblica. ¿De qué estoy hablando? Pues del ministerio pastoral donde un marido y una esposa “co-pastorean” una iglesia local.

Este tipo de ministerio parece ser dominante entre esa rama del “evangelicalismo” normalmente asociado con el movimiento de “la palabra de fe”, el “evangelio” de la prosperidad.

La tendencia creció lentamente. Generalmente un hombre que pastorea una iglesia logra un cierto estatus. Después de unos años, se observa en su esposa, por lo general llamada la “primera dama” de la iglesia, algunos dones de enseñanza y un llamado al ministerio. Ella aparece ocasionalmente en el púlpito para mejorar su don, pero no lo suficiente como para molestar a aquellos que pudieran tener algún problema con esta práctica. Con el tiempo ella aparece cada vez más en el púlpito, aliviando a su marido mientras él esta ausente, y “pastoreando” al pueblo.

Kenneth y Gloria Copeland. Creflo y Taffy Dollar. Randy y Paula White. T.D y Serita Jakes. Estos predicadores de alto perfil han dado lugar a una práctica ministerial que ahora se replica en los centros comerciales y en las megaiglesias de todo el país.

Hace unos años, una pareja, Paula y Randy White, anunciaron ante su iglesia de 23.000 miembros en Florida que estaban en proceso de divorcio. Paula y Randy pastorean la iglesia desde su fundación. Comprensiblemente, la noticia de su divorcio conmocionó e hirió a muchos miembros de la iglesia.

Pero también en los últimos años, Paula ha sobrepasado a su marido en popularidad y fama. Ella es una conferencista reconocida y participa en espectáculos regulares en BET y TBN, emulando en muchos aspectos el estilo de mujeres predicadoras afroamericanas, y predicando sobre prosperidad. Paula es una especie de estrella de rock en algunos círculos.

El triste anuncio de este divorcio me provocó a hacer unas preguntas acerca de la naturaleza de los roles de género en la iglesia y el matrimonio, y el efecto de este tipo de modelos de ministerio en la iglesia local.

1. ¿Puede tal práctica ser coherente con los roles de género complementarios en la iglesia y el hogar? 

La mayoría de los que conozco que piensan que esto aceptable y bueno dirían que sí. En otras palabras, la mayoría de la gente que conozco en este campo y los pastores que adoptan esta práctica intentan ser complementarianistas. Ellos predican sobre el hogar y la familia, la necesidad del liderazgo masculino y la sumisión femenina en el hogar. Argumentan que una mujer solo debe tener un ministerio de este tipo bajo la autoridad de su marido, ejerciendo él la jefatura mediante la concesión de la aprobación y apoyo; de lo contrario, una mujer no deber tener tal ministerio.

Dejando al lado por un momento la miríada de dificultades teológicas con esta posición, ¿acaso podría esto funcionar de forma práctica? Tengo mis dudas. En el caso de los White, Paula sigue adelante con sus ministerios, estableciéndose en otra ciudad, y con su marido disolviendo el matrimonio. Parecería que en esencia el modelo es igualitario y tipifica un tipo de “sociedad” matrimonial que distorsiona los roles de género bíblicos. Y las familias de la iglesia han sido impregnadas, ya sea a sabiendas o no, por sus “pastores” de un modelo de vida familiar enfermizo para el diseño bíblico y el gozo de la iglesia.

2. ¿Puede tal práctica ser consistente con un alto concepto de la autoridad bíblica en la iglesia y en la casa? 

Una vez más, la mayoría de la gente en este campo diría que sí. Ellos apelan a ejemplos de mujeres profetas en las Escrituras y razonan que la prohibición de Pablo contra la mujer en autoridad era debido a razones culturales y circunstanciales de la época. Dicen que fue una mujer que trajo la noticia de la resurrección de Jesús a los hombres y por lo tanto las mujeres deben ser capaces de predicar, especialmente bajo la “cobertura” de sus maridos. Pero eso contradice claramente las instrucciones de Pablo en 1 Timoteo 2, y el intento de justificar la práctica va más allá que dejar a un lado la autoridad de la Escritura. Y no es sorprendente ver que la iglesia de hoy sufre una gran confusión alrededor de este tema.

3. ¿Puede haber alguna responsabilidad bíblica genuina en estas parejas? 

Teniendo en cuenta que la autoridad de las Escrituras ha sido clara en cuanto a quién nombra Dios para dirigir el hogar y la iglesia, es difícil imaginar que no pueda haber ninguna responsabilidad real para los “co-pastores” en estas situaciones. La mayoría de estas iglesias se configuran como corporaciones, no como las iglesias del Nuevo Testamento. Así que, por lo general, el marido y la esposa son miembros fundadores del consejo, junto con un par de otros amigos de confianza. No hay un gobierno congregacional. Por lo tanto, no hay mayor “tribunal” que los mismos co-pastores. Cuando se topan con un problema, apelan a los “facilitadores” y amigos de confianza como socios contables. Realmente es una posición sin amor, no bíblica y peligrosa para los “pastores” y la iglesia. Paula continuará con sus actividades ministeriales. Randy continuará como pastor de Without Walls. Este es el segundo divorcio de ambos, un proceso de divorcio sin ningún fundamento bíblico. Este modelo no está abierto al consejo de cualquier consejero bíblico que quiera ayudar a la pareja a lidiar con su matrimonio, hablar con el consejo de ancianos y al grupo disciplinario de la iglesia, y ser un ejemplo de gracia durante las verdaderas dificultades para la congregación.

Este enfoque de ministerio está en quiebra porque es consistentemente contrario al plan de Dios. Las parejas que desarrollan el ministerio de esta manera se están poniendo en situaciones espiritualmente precarias, y las iglesias que ellos “pastorean” se dirigen a un acantilado. Es obvio, pero vale la pena afirmar: necesitamos desesperadamente iglesias reformadas de acuerdo a la palabra de Dios.


Este artículo fue publicado originalmente el 12 de mayo 2007 para The Gospel Coalition. Traducido por Eddy Garcia.
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