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Nota del editor: 

#CoaliciónResponde es una serie donde pastores y líderes de la iglesia responden a inquietudes que llegan a Coalición por el Evangelio por diversos medios, y que son parte de las inquietudes que caracterizan la iglesia en nuestra región. Puedes usar #CoaliciónResponde en las redes sociales o escribirnos a [email protected] con tus preguntas.

Para esta entrada de #CoaliciónResponde respondemos a la pregunta, “Fui bautizado a una edad joven y no creo que entendí el evangelio muy bien. ¿Debo bautizarme de nuevo?”.


Según leemos las Escrituras, debemos recordar que todos los ejemplos de bautismos en el Nuevo Testamento ocurrieron después de que personas habían conocido el evangelio y puesto su fe en el sacrificio de Jesús para su salvación.

Si alguien acepta y da testimonio de que su conversión fue después de su bautismo, parece apropiado que vuelvan a bautizarse. Lo mismo sucede con alguien que se convierte a Cristo después de haber crecido en la iglesia católica, donde su bautismo no solo fue sin entendimiento sino por razones completamente diferentes a las que tiene ahora para bautizarse. De hecho, hay una diferencia similar entre bautistas y presbiterianos. La mayoría de los bautistas piden a sus miembros que fueron antes presbiterianos que se bauticen. (Nota del Editor: Si quieres entender mejor estas posturas, te recomendamos los siguientes artículos con la postura presbiteriana y bautista).

Como cristianos que estudian la Biblia, queremos que nuestra vida religiosa no sea el simple resultado de la tradición, sino que todo lo que hagamos esté motivado por una profunda convicción por lo que dice la Palabra de Dios. Hemos tenido casos en los que una pareja casada inclusive quiere volver a hacer sus votos matrimoniales porque cuando se casaron no entendían de la misma manera el compromiso del pacto matrimonial que ahora entendían, habiendo conocido a Cristo. Por supuesto, un matrimonio sigue siendo válido aún si se hayan casado sin ser cristianos porque el matrimonio es una institución diseñada por Dios para todos, no solo para los cristianos. Ahora, ya que el bautismo —al igual que la Santa Cena—es una ordenanza, diseñada exclusivamente para creyentes en Cristo Jesús, no podemos pensar que un bautismo como señal externa significa lo mismo o es igualmente válida en un inconverso que en un cristiano.

Animaríamos a cualquiera que reconoce que su bautismo inicial fue sin un verdadero entendimiento y convicción en el evangelio de Cristo a volver a dar testimonio de ese paso de obediencia, pero ahora con el gozo de saber que es el resultado de un corazón nuevo guiado por el Espíritu Santo y con la plena certeza de que ha sido justificado por la fe en el sacrificio y resurrección del Hijo de Dios. Esto es de particular importancia para aquellos que, como ya mencionamos, fueron bautizados como infantes, o quizás formando parte de alguna secta.

Habiendo dicho eso, también es importante reconocer que hay muchas personas que luchan con su propio entendimiento del evangelio. Estas personas típicamente aceptaron a Cristo a una edad joven, fueron bautizadas, y a una edad mayor llegaron a un entendimiento más profundo del evangelio. ¡Esto es algo bueno! Todos deberíamos estar profundizando en el evangelio a la medida que crecemos. Pero algunos luchan con esto porque miran hacia atrás y se preguntan si realmente entendieron el evangelio lo suficiente para poder bautizarse. Se preguntan, “¿Realmente lo entendí? ¿Será que era un cristiano genuino? ¿Verdaderamente lo estaba viviendo?”. Y sintiendo la carga de sus pecados, puede que lleguen a la conclusión de que necesitan ser bautizados nuevamente. En estas circunstancias, el próximo paso debe ser sentarnos con nuestros pastores y recordar el evangelio. Nuestra confianza no está en nuestro entendimiento o nivel de comprensión del evangelio, sino en el evangelio mismo. Dios puede salvar a personas de poca fe porque la salvación no se basa en la calidad de la fe que tenemos, sino en el objeto de nuestra fe: Jesús. Si solos nos miramos a nosotros mismos, es posible que queramos bautizarnos una y otra y otra vez.

Entonces, ¿hay personas que necesitan bautizarse de nuevo (o mejor dicho, por primera y verdadera vez)? Claro que sí. Por supuesto, cada caso debe conversarse con sus pastores. Pero tengamos también en cuenta aquellos que al considerar el bautismo están poniendo su confianza en sí mismos, en lugar de Jesús.

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