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Mi corazón se entristeció el día que tuve que explicarle a mis hijos que su tía y su tío se estaban divorciando. Luché por encontrar palabras que tuvieran sentido para ellos. Estaban muy pequeños y todavía no conocían los quebrantos en el matrimonio. Desde entonces, he tenido que ir arrancando las ideas ingenuas de mis hijos acerca del mundo, mientras situaciones cada vez más difíciles requieren de una explicación.

Cuando nuestros hijos son pequeños, a menudo están protegidos de las verdades dolorosas de la vida. Sus necesidades están cubiertas y sus mayores luchas son compartir sus juguetes. Pero a medida que crecen, se vuelven más conscientes del mundo que les rodea. Empiezan a escuchar sobre la violencia, las guerras, la muerte, la enfermedad y el quebrantamiento.

Un día, mi hijo de 7 años, escuchó en las noticias sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo. En otra ocasión, tuve que explicarle sobre el aborto y la eutanasia. Luego hubo otro momento en que tuve que contarle acerca de un querido amigo que estaba librando una batalla contra el cáncer.

No estaba preparada para estas conversaciones. Llegaron antes del tiempo que yo pensaba que ellos debían escucharlas. Desearía que viviéramos en un mundo donde yo no tuviera que explicar la muerte, el divorcio o el aborto. Pero después de la caída, esta es la realidad de la vida. Y quiero que mis niños oigan la verdad acerca de la vida, incluyendo sus angustias y tristezas, en el contexto de una cosmovisión bíblica.

Explicando el dolor del mundo a través de la historia de Dios

Mientras manejamos estos temas como familia, hay una historia a la que siempre volvemos: la creación, la caída y la redención.

Esta es la historia de la Biblia. Es la historia que explica el principio, cómo llegamos a donde estamos, y cómo serán las cosas un día. Es la historia que trae esperanza a la oscuridad de este mundo caído. Y es la gran historia en la que todas nuestras historias individuales encajan.

  1. Creación: En una conversación reciente con nuestros hijos, comenzamos volviendo a la historia de la creación. Les explicamos el diseño perfecto de Dios para el mundo, para las personas, para las relaciones, los matrimonios y las familias.
  2. Caída: Luego, repasamos los hechos de la caída, cómo por el pecado de un solo hombre, todos somos pecadores. Cada persona es un pecador; nadie hace lo bueno. El pecado también afectó al mundo natural, dando lugar a la enfermedad y la muerte. Después del pecado de Adán, Dios prometió un salvador (Génesis 3:15). Él prometió algún día redimir y restaurar lo que estaba roto debido a la caída.
  3. Redención: Jesús es el cumplimiento de esa promesa. Él vino como ese salvador, viviendo la vida que no podríamos vivir y muriendo la muerte que merecemos. A través de la fe en la obra hecha a nuestro favor, hemos sido liberados de la esclavitud del pecado. Ahora somos libres para vivir para Él. Él está haciendo nuevas todas las cosas, empezando por nosotros. Al compartir el evangelio de la gracia con los demás, participamos en la misión de su reino. Un día, Jesús volverá por última vez y restaurará todas las cosas. Ya no habrá muerte ni pecado. Los redimidos vivirán para siempre en su presencia.

Enseñando a nuestros hijos a amar como Jesús ama

Recientemente, mientras hablábamos de una situación difícil con nuestros hijos, discutimos de cómo la redención que Jesús compró para nosotros afecta la forma en que tratamos el pecado en la vida de otros y cómo respondemos al quebrantamiento en este mundo. Hablamos sobre el evangelio de la gracia y cómo hemos de amar a los demás a la luz del amor y la gracia que Jesús nos dio. Compartimos el evangelio con ellos y oramos por ellos, para que también ellos conozcan la gracia de Dios por medio de Jesucristo.

Como creyentes, la historia de la creación, la caída y la redención es el lente a través del cual vemos toda la vida. Es también el lente que tenemos que enseñar a nuestros niños a usar. Al ayudar a nuestros hijos a procesar las experiencias de la vida a través de este lente, modelamos para ellos la forma en que deben enfrentar las muchas pruebas que enfrentarán en la vida. En última instancia, este lente les dirigirá a encontrar su esperanza solo en Cristo.

Sé que vendrán otras situaciones y discusiones difíciles en mi vida como madre. Por mucho que me gustaría evitarlo, no puedo. Y no puede tapar las realidades de la vida con un dedo. Pero puedo dar a mis hijos esperanza. Al contar la historia de la creación, la caída y la redención, puedo ayudarles a entender lo que pasó con el mundo perfecto de Dios, como Jesús vino a salvarnos, y cómo un día, todas las historias duras y dolorosas de la vida van a terminar. Y luego vamos a empezar un nuevo capítulo, uno que no tendrá fin.

“Toda su vida en este mundo y todas sus aventuras en Narnia habían sido nada más que la tapa y el título: ahora, por fin, estaban comenzando el Capítulo Primero de la Gran Historia; que nadie en la tierra ha leído; que nunca se acaba; en la cual cada capítulo es mejor que el anterior” – C.S. Lewis en La Última Batalla


Este artículo fue publicado originalmente el 21 de abril 2014 para The Gospel Coalition. Traducido por Gittel Estevez-Michelen.
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