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Ciudadano de otro mundo es una novela corta escrita por Gensy Severino Roberts.  Es una obra muy amena y digerible, que a la vez trata de manera profunda algunos dramas de la naturaleza humana. En palabras de su autor, se trata de una “historia de ficción aliada de la verdad”. Esta historia ficticia, sin embargo, es el retrato espiritual de miles de personas en América Latina.

La obra relata de manera paralela la vida de dos personas: un sicario y una humilde profesora. En torno a ellos dos se desarrolla la historia, dedicando un capítulo alternadamente a cada personaje. Con un toque de humor, es una novela dinámica y entretenida.

Esta es una historia que denuncia las injusticias sociales, enfocándose principalmente en la codicia y falta de compasión de parte de los más privilegiados. Critica la influencia de las doctrinas y la cultura en la mente del ser humano. A través de la vida de Eduardo, el sicario, se aprecian las consecuencias de un niño desatendido, carente de amor, víctima de los abusos y los vaivenes de adultos sin valores morales. De igual manera, a través de la vida de la profesora Marlenys, vislumbramos la incredulidad hacia Dios de muchos, alimentada por la mala praxis del cristianismo, por doctrinas que no están en la palabra de Dios pero que se arraigan en el colectivo.

Ciudadano de otro mundo

Ciudadano de otro mundo

72 pp.
72 pp.

Muchos de nosotros hemos visto “cristianos” que no permiten que un familiar enfermo vaya al médico, porque en el poder de Jesús está la sanidad. Cuánto daño hacen estas cosas al mundo que está afuera, viendo nuestro modo de vivir. Sabemos que hemos sido rescatados por gracia y somos pecadores redimidos, pero aún no hemos sido revestidos de un cuerpo glorificado. Por tanto, vivimos una realidad de ya/aún no en esta tierra, dentro de la cual la enfermedad está presente. Cuando llega, debemos permitir que la ciencia obre, siempre con fe en que Dios permite todo para nuestro beneficio y para su propia gloria.

Este tipo de situaciones se prestan para que algunos, luego de experiencias traumáticas, dejen a un lado al Dios de la Biblia, tal como le sucedió a Marlenys de niña: su padre murió debido a la presión de algunos pastores sobre su madre para que no lo llevaran al médico…según ellos, el Señor lo sanaría. Al final no solo no fue sanado, sino que la fe en Dios de la pequeña Marlenys se desvanecería. Un corazón endurecido de por vida.

El Jabao, apodo de Eduardo en el mundo del sicariato, inició su vida delictiva como distribuidor de droga disfrazado de lustrabotas. Las malas juntas lo iniciaron en el asesinato donde, de manera progresiva, su conciencia se fue haciendo inmune a la maldad. Algo similar ocurre cuando nos sumergimos en el pecado: nuestro corazón se endurece y se hace de piedra, insensible al pecado. Esa es nuestra advertencia.

El libro nos recuerda la dualidad entre el mundo espiritual y material. Las necesidades físicas y espirituales. Tiene la virtud de reflejar lo que el pecado puede generar en dos personas que, a primera vista no tienen nada en común, pero que en el sentido espiritual son iguales: carecen de esperanza…no tienen a Cristo. Es la realidad de millones y millones en el mundo que, si bien no tienen mucho en común, los une el vínculo de la  desesperanza.

A manera práctica, Ciudadano de otro mundo nos enseña que:

  1. Todo ser humano tiene el mismo problema: el pecado.
  2. La esperanza para todo ser humano, sin distinción, es Jesucristo.
  3. Doctrinas como la teología de la liberación –que hace énfasis en lo material sobre lo espiritual y cuyo eje son los pobres– no son suficientes para transformar al hombre y la sociedad. Solo un cambio de corazón a través de la fe en Jesucristo puede hacer al hombre nuevo, aquel que trasciende el tiempo y el espacio.
  4. La iglesia tiene una gran responsabilidad de enseñar la palabra y vivir lo que enseña.
  5. Cuando la iglesia enseña mal la palabra, las consecuencias son nefastas e impactan mucho más allá de sus cuatro paredes.
  6. La iglesia tiene la misión de proclamar el evangelio y también suplir, en la medida de lo posible, las necesidades de los más desfavorecidos en su entorno inmediato.
  7. No hay un pecado lo suficientemente grande que la sangre de Cristo no pueda limpiar. En el perdón de Jesús no hay acepción de personas ni acepción de pecados.

Conclusión

Aprendemos con esta obra que las historias se pueden contar de mil maneras diferentes y desde distintas perspectivas, pero solo con una cosmovisión bíblica y Cristocéntrica podemos garantizar ver la historia como verdaderamente es. A través de la ilustración de situaciones ficticias, que bien pueden ser la realidad de muchos, esta obra acerca al lector a las verdades del evangelio. Apela a versos y pasajes bíblicos que hacen su parte en la revelación de la verdad al lector. Y en eso, nos lleva de la problemática social a la problemática individual: la necesidad de arrepentimiento.

Si estás buscando una novela corta que leer, que esté firmemente centrada en la cosmovisión bíblica, esta es una que podemos recomendar.

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