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Prominente, morena y hermosa, Beyoncé tuvo el papel protagónico en el medio tiempo del Super Bowl. Al mando del escenario, y vestida con un traje de baño y botas negras de piel, se pavoneaba cantando varias canciones pop familiares. Sin duda, ella llamó la atención. Ahora bien, ¿cuál era el mensaje? En su escrito para el Canal Cristiano Progresivo “Patheos”, David Henson argumentó: “Si lo que usted vio fue una exhibición ofensiva, con un movimiento de piernas inapropiado e hipersexual, e innombrables apenas cubiertos, permítanme sugerirle que solo vio lo que quiso observar, no lo que realmente sucedió en ese escenario”. Entonces, ¿qué fue lo que pasó realmente? Él escribe:

“La actuación de Beyoncé el domingo por la noche en Nueva Orleans no se trataba de sexo. Se trataba de poder, y Beyoncé lo tenía en abundancia. De hecho, su show fue una de las declaraciones sobre el poder femenino más convincentes, personificadas y profética que he visto en la televisión convencional”.

Estoy de acuerdo en que ella encarnaba de manera poderosa la fuerza y ​​la audacia como el mundo la ve. Pero no puedo ignorar la sugestividad sexual de su actuación cuando ella se lamió el dedo, lo pasó  por su cuerpo, y envolvió sus manos alrededor de su cabeza. Sin embargo, como quiera que usted quiera interpretar ese acto, no podemos negar que el desempeño de Beyoncé llevaba un mensaje de que la sexualidad y la sensualidad son poderosas y atractivas. Las mujeres dicen que quieren que  los hombres dejen de verlas como objetos sexuales, pero yo me pregunto: ¿Estamos contribuyendo  a nuestra causa con actuaciones hipersexuales como la de Beyoncé?  Ella no es la única a quien culpo. Creo que ella es un producto de su medio ambiente, la industria de la música pop. El sexo vende, y ella es una empresaria inteligente. Tampoco niego la premisa de Henson, porque la sexualidad ciertamente es poderosa. Beyoncé ejerce el poder al elegir solo mujeres para ser sus bailarinas y músicos, y lo celebra en su canción “Run The World (Girls)”. Aun así, no puedo dejar de preguntarme: ¿cómo estamos apoyando a las mujeres si celebramos el alarde de su sexualidad en público?

Igualdad y Empoderamiento

Algunas feministas de la tercera ola han tratado de liberar la sexualidad femenina, en un esfuerzo por lograr la igualdad y el empoderamiento de las mujeres. En el libro Manifesta: Young Women, Feminism and the Future (Manifesta: Las mujeres jóvenes, el feminismo y el futuro), las autoras Jennifer Baumgardner y Amy Richards explican que escribieron este libro para derribar “la doble moral de la  salud sexual, lo cual requerirá una mejor educación sexual, la distribución de anticonceptivos gratuitos, y la eliminación de la vergüenza potencial asociada a las consecuencias de la libertad sexual”.

Ellas denuncian la “falsa percepción de inmoralidad”, y hablan específicamente de la eliminación de los embarazos no deseados a través del aborto. Las autoras observan que en otro momento las imágenes que regularmente vemos en la televisión habrían incitado la preocupación de las feministas, por la objetivación de la mujer. Ahora, estas imágenes se han convertido en signos de liberación y de poder. “Históricamente, los anuncios publicitarios han fusionado los cuerpos de las mujeres con el producto, algo por lo que las feministas lucharon arduamente para identificar y criticar… Pero la conciencia de la imagen sexista ha cambiado favorablemente, al igual que los derechos de las mujeres… Ya sea que usted esté de acuerdo o no con el argumento de Camille Pagalia y los demás, de que exhibirse en actitudes sexuales hace que una mujer se sienta poderosa y los hombres impotentes, hay ejemplos positivos de “subjetivación” de la mujer. Estas mujeres no son objetos, puesto que tienen el poder”.

Escrito hace más de una década, los autores citan varios ejemplos de este recién descubierto empoderamiento: la pionera del pop Madonna, la diva del  hip-hop Missy Elliot, la glamorosa del futbol Brandi Chastain, y la estrella de cine Angelina Jolie. “Todas han convertido su identidad sexual en poder de una forma feminista”, afirman las autoras. “Estas mujeres no son explotadas. Son mujeres completas, con confianza en sí mismas y conscientes”.

¿Libertad y Poder?

Año tras año, el estándar visual de la auto-confianza cambia.  El estilo de modelo flacucha-cocainómana, que se extendió en la década de 1980, se ha extinguido. Ahora, la provocación sexual,  “la mujer libre” es lo que está de moda. Cada cambio tiene sus consecuencias. Las imágenes ubicuas afectan a las mujeres adultas en su lucha por competir con las estrellas porno por la atención de los hombres. Y de acuerdo a un artículo impactante publicado recientemente en The Telegraph, las niñas de 13 años de edad ya sienten la presión de moverse en un mundo cada vez más sexualizado. El artículo cita el caso devastador de una joven que murió cuando se deslizó por la ventana, luego de amenazar con saltar si un joven no eliminaba un vídeo que había grabado de su encuentro sexual. ¿Es esta la libertad y el poder que buscamos? Es ingenuo que las mujeres crean en la concepción generalizada y aceptada de que la exposición de imágenes sexuales femeninas no les va a convertir en objetos. Y ¿qué tanto ha ayudado a las mujeres en términos prácticos ese empoderamiento?

Si las mujeres gobiernan el mundo, ¿por qué sigue habiendo una diferencia salarial entre hombres y mujeres en puestos directivos? Si las mujeres gobiernan el mundo, ¿por qué el tráfico y la esclavitud sexual cobra más víctimas hoy en día que en cualquier otro momento de la historia? No creo que esto es lo que realmente quieren las feministas para las  mujeres. Las imágenes sexuales venden, pero el costo es alto. Finalmente, los cristianos no solo debemos separarnos de los que creen que la sexualidad los libera, sino que, como Jesús, debemos compartir la verdad acerca de las consecuencias del pecado que lleva a muerte. ¿No sería esta la forma en que amamos a nuestro prójimo como a nosotros mismos? Todos nos identificamos con los publicanos y las prostitutas que disfrutaron de la compañía de Jesús. Hemos pecado gravemente en nuestros corazones. Y ahora sabemos que hay una mejor manera. Ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición. Pero hay una puerta, aunque estrecha, que lleva a la vida eterna. Advertimos, compartimos, y luchamos por el bien de los demás y el amor de Cristo. Cuando nuestros semejantes ven el poder en Beyoncé, y nosotros vemos la esclavitud del exceso de nuestra cultura sexualizada en este mundo caído, debemos tratar de guiarlos al Padre, que promete seguridad y sanidad, y cuyo Hijo afirmó la gloria a través de la humildad.

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