¡Únete a nosotros en la misión de servir a la Iglesia hispana! Haz una donación hoy.

×

Hace veinte años, mi esposa y yo dijimos “sí, acepto” delante de Dios, familia y amigos en una iglesia evangélica en el norte de Georgia. Es casi incomprensible para nosotros que dos décadas hayan pasado. Empezamos a salir durante la huelga de las Grandes Ligas de 1994, un evento que me confirió un poco de tiempo libre como periodista deportivo. Mi padre siempre bromeaba que se necesitaría un paro de béisbol para que yo fuera serio en una relación. Al parecer, tenía razón. Esto te dice mucho sobre el hombre con quién mi esposa se casó. Oro que hoy en día yo sea un hombre muy diferente con diferentes prioridades (aunque todavía amo el béisbol, pero no tanto como amo a Jesús o a mi esposa Lisa). Soy uno de esos tipos que, por pura gracia de Dios, se casó muy bien.

Hemos sobrevivido a los a veces incómodos años de recién casados ​. Hemos vivido juntos a través de acontecimientos históricos importantes: el susto del Y2K (Problema del año 2000) —un evento no histórico, en realidad—, una elección decidida por papeletas defectuosas, la mañana trágica conocida como el 9/11, la elección del primer presidente afroamericano de los Estados Unidos. Dios me sacó de la industria de la prensa (¡justo a tiempo!) y me puso en el ministerio del evangelio.

Luego, en el lapso de cinco años cortos, nuestra familia creció de “solo nosotros dos” a seis de nosotros. Como padres, hemos aprendido una cosa o dos acerca de jugar defensa en zona. Pasamos casi una década en el seminario y hasta ahora hemos resistido 17 años en el ministerio. El Señor ha sido fiel en todo. Aquí hay algunas cosas que he aprendido de 20 aventureros y hermosos años de matrimonio.

Ocho lecciones

1. A menudo llegamos al matrimonio con expectativas irreales.

Nos pasó. Esos primeros años fueron de alguna manera difíciles porque nos faltó un punto de vista bíblico completo sobe nosotros mismos y sobre el significado del matrimonio. Como Dave Harvey lo pone tan bien en este libro, el matrimonio es la boda de dos corazones pecaminosos, dos corazones que quieren lo que quieren y que lo quieren ahora. El matrimonio está diseñado para mostrar la gloria de Dios. Como pronto aprendimos, es un laboratorio para una santificación intensa. Esperaba ser visto como su príncipe azul, su caballero de armadura brillante. No hay duda de que mi mujer espera que yo fuera esas cosas. Yo esperaba que ella fuera mi princesa casi perfecta. Habrían pájaros azules cantando sobre nuestra cama cada mañana cuando abriríamos las cortinas para revelar un hermoso amanecer. No habrían nubes, tampoco lluvia. Pasaron 24 horas exactamente antes de que nuestra primera pelea se desarrollara —sobre cuál género musical se reproduciría en la radio del carro, con Michael Bolton y Johnny Cash en esquinas opuestas— para estallar esa burbuja irreal. Al poco tiempo, nos dimos cuenta de que éramos pecadores en necesidad desesperada de ser transformados y que Dios construiría nuestro hogar mediante la revelación dolorosa y muerte gradual de nuestro pecado. Eso sigue siendo un trabajo en proceso.

2. El diseño complementario de Dios es una creación ingeniosa.

Como hombre, simplemente no tengo las herramientas para hacer las cosas tan bien por mi cuenta. Esto no tiene nada que ver con la cocina y la lavandería, aunque los niños ven mi cocina con el mismo entusiasmo de un viaje al dentista. Mi esposa y yo nos complementamos el uno al otro en una variedad infinita de formas. En muchas áreas en las que soy débil, ella es fuerte, y viceversa. Este es el excelente diseño de Dios, y estamos agradecidos por ello.

3. Cada pareja necesita modelos piadosos a seguir.

A través de los años Dios ha puesto en nuestro camino muchos matrimonios que reflejan el evangelio. Hemos sido privilegiados de aprender a los pies de las parejas que han estado casadas por décadas, que han criado hijos piadosos —y rebeldes—, que han sufrido dificultades juntos, y que han perseverado para convertirse en un producto cautivador de la gracia maravillosa de Dios. Cada pareja de recién casados ​​necesita una pareja piadosa y mentora que haya resistido muchos años de vida en un mundo caído.

4. Las pruebas fortalecen el matrimonio o lo debilitan.

El matrimonio es como un puente: debe ser continuamente fuerte como para soportar el peso que ejercerá esfuerzo sobre su fundación. En 2007, el puente de Minneapolis colapsó, enviando a 13 conductores a una muerte súbita. ¿La causa? Grietas no reparadas por debajo. Una vez que demasiado tonelaje se colocó sobre la estructura en descomposición, ésta cedió y se derrumbó. El matrimonio puede ser víctima de lo mismo cuando se ejerce presión sobre él, particularmente presión de una forma aguda. Mi esposa y yo hemos caminado juntos a través de muchos peligros, trabajos duros y trampas. Sin duda, había algunas grietas en nuestro matrimonio, pero le plació a Dios fortalecerlas y hacer el puente lo suficientemente fuerte como para soportar el tráfico. Si Cristo y su Palabra no hubieran sido la piedra angular, el puente se habría derrumbado como un castillo de naipes.

5. Efesios 5 es imposible sin la gracia de Dios.

Las demandas gemelas de “maridos amen a sus esposas como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella” (v. 25) y “esposas estén sujetas a sus maridos” (v. 22) son imposibles de mantener sin la gracia habilitadora de Dios. Nuestros corazones son simplemente demasiado egoístas para vivir por otro, a menos que Dios los cambie.

6. Mi lenguaje primario del amor es el amor propio.

Servir no es fácil para mí. Rara vez me despierto y pienso, sabes, voy a encontrar 17 cosas sacrificiales y serviciales de corazón para hacer por mi esposa hoy porque quiero darle una imagen de Jesús. Comúnmente mi corazón busca idear maneras para ser servido, incluso para ser servido en el nombre del “ministerio”. Esto es porque me amo y tengo un plan maravilloso para mi vida. Afortunadamente, Dios usa el matrimonio para descubrir y remover este pecado horrible y por medio de la crianza trae incluso más soldados en la batalla contra la idolatría de uno mismo.

7. Mi nivel de madurez espiritual se mide con mayor precisión en lo mundano.

La piedad —o la falta de ella— se desarrolla en la presión de la vida cotidiana. Puedo entrar al púlpito y usar una máscara de piedad durante 45 minutos, pero mi verdadera forma de ser se revela en alistar a cuatro niños pequeños para la iglesia. Se desenmascara durante mis primeros cinco minutos al atravesar la puerta al final de la jornada de trabajo. ¿Quieres saber lo que realmente soy o cómo está progresando mi santificación? No me preguntes. Pregúntale a Lisa. Ella me ve todos los días en los momentos mundanos, y cómo me comporto en ellos es quién realmente soy.

8. La vida es corta, por lo que nuestro matrimonio debe tener como objetivo exaltar un matrimonio mayor.

Esto puede sonar como un cliché desgastado, pero es solo un cliché si Santiago 4 o el Salmo 90 son cliché. La vida es un vapor, y nuestros días llegan a 70 o 80 años si es que Dios nos da una vida larga. Mi esposa y yo estamos sorprendidos de que hayan pasado dos décadas desde que contrajimos nupcias en esa tarde húmeda de junio. Ruego a Dios que nos ayude a recordar que la vida es un vapor y que nuestro fin principal como seres humanos es glorificarlo y gozar de él para siempre con cada día que nos da, que incluso a medida que disfrutamos nuestras vidas juntos, nos recordemos el uno al otro que el matrimonio no es lo último ya que fuimos diseñados para vivir para un Novio Eterno.

Más por venir

Estoy profundamente agradecido por Lisa y la vida que Dios nos ha dado juntos. He visto como el Señor la ha transformado en una seguidora de Cristo profundamente comprometida, una mujer tipo Proverbios 31, y una madre piadosa e incansable. Oro todos los días que yo esté siendo transformado en un marido que honra a Cristo también.

Si Jesús no regresa en nuestro tiempo de vida, que ojalá le plazca en darnos muchas más décadas juntos para su gloria.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Wilmer Rodríguez.
Recibe cada día los artículos, podcasts, y vídeos más recientes.
CARGAR MÁS
Cargando