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“Pero se levantaron falsos profetas entre el pueblo,
así como habrá también falsos maestros entre ustedes…”

No hay “si, además o peros” en las palabras de Pedro. Es una declaración clara y determinante. Hubo falsos profetas dentro del pueblo (el Israel del Antiguo Testamento). Esto es simplemente una cuestión de historia. Los falsos profetas fueron un problema constante en el Antiguo Testamento, y los que afirmaban falsamente ser profetas de Dios habían de ser apedreados. Las personas rara vez tenían el deseo de hacerles frente, así que estos se multiplicaban, causando desastres en la vida espiritual del pueblo de Dios. De esta misma manera Pedro dice que “habrán también falsos maestros entre ustedes”. Note la palabra “entre ustedes”. Pedro le está escribiendo a la iglesia y le dice, “habrán también falsos maestros entre ustedes”. Él no está hablando sobre las personas de la Nueva Era que vemos en televisión. Pedro está hablando de las personas en la iglesia local, miembros de la congregación. No hay tal cosa como una iglesia pura de este lado del cielo. Nunca la encontrarás. El trigo y la cizaña crecen juntas. Warren Wiersbe escribe:

“Satanás es el falsificador….. él tiene un falso evangelio (Gálatas 1:6-9), predicado por falsos ministros (2 Corintios 11:13-12), produciendo falsos cristianos (2 Corintios 11:26)… Satanás planta sus falsificaciones donde quiera que Dios planta verdaderos creyentes (Mateo 11:38)”.

¿Auténtico o falso?

¿Cómo reconocerías un cristianismo falso? En 2 Pedro 1 leemos acerca de los creyentes genuinos. Y en 2 Pedro 2 leemos sobre los falsos creyentes. Si pones estos pasajes lado a lado podrás ver las diferencias entre auténticos y falsos creyentes.

1. Una fuente diferente – ¿De dónde viene el mensaje? Pedro dice, “Porque cuando les dimos a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo, no seguimos fábulas ingeniosamente inventadas, sino que fuimos testigos oculares de su majestad” (1:16). Luego él dice que los falsos maestros te explotan “con palabras falsas” (2:3). Por tanto, la fuente de los verdaderos maestros viene de la Palabra. Los falsos maestros se basan en su propia creatividad. Ellos hacen su propio mensaje.

2. Un mensaje diferente – ¿Cuál es la sustancia del mensaje? Para el maestro verdadero, Jesucristo es el centro. “Pues su divino poder nos ha concedido todo cuanto concierne a la vida y a la piedad, mediante el verdadero conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia” (1:3). Para los falsos maestros, Jesús está al margen: “los cuales encubiertamente introducirán herejías destructoras, negando incluso al Señor que los compró, trayendo sobre sí una destrucción repentina” (2:1). Nota la palabra encubiertamente. Es extraño que una persona en la iglesia abiertamente niegue a Jesús. El abandono de la centralidad de Cristo es sutil. El falso profeta habla de cómo otra persona puede ayudarte a cambiar tu vida; pero si escuchas atentamente lo que está diciendo, verás que Jesucristo no es la esencia del mensaje.

3. Una posición diferente  ¿En qué posición te deja el mensaje? El verdadero cristiano “escapa de la corrupción que hay en el mundo por causa de la concupiscencia” (1:4). Escucha cómo Pedro describe al falso cristiano: “Les prometen libertad, mientras que ellos mismos son esclavos de la corrupción, pues uno es esclavo de aquello que le ha vencido” (2:19). El creyente verdadero escapa de la corrupción, mientras que el falso creyente es esclavo de ella.

4. Un carácter diferente – ¿Qué tipo de personas produce el mensaje? Los creyentes verdaderos persiguen bondad, conocimiento, dominio propio, perseverancia, piedad, amabilidad y amor (1:5) El falso cristiano está marcado por arrogancia y blasfemia (2:10). Ellos son “expertos en codicia”, y “sus ojos están llenos de adulterio” (2:14). Ellos también “desprecian la autoridad” (2:10). Esta es una característica común en un falso creyente.

5. Una apelación diferente – ¿Por qué debo escuchar el mensaje? Los verdaderos maestros apelan a las Escrituras. “Y así tenemos la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en prestar atención…” (1:19). Dios ha hablado, y los verdaderos maestros apelan a su Palabra. Los falsos maestros hacen una apelación muy distinta: “Pues hablando con arrogancia y vanidad, seducen mediante deseos carnales, por sensualidad, a los que hace poco escaparon de los que viven en el error” (2:18). Los verdaderos maestros preguntan: “¿Qué ha dicho Dios en su Palabra?” Los falsos maestros preguntan: “¿Qué es lo que las personas quieren oír?” “¿Qué será de interés para su carne?”

6. Un fruto diferente – ¿Qué resultado tiene el mensaje en la vida de las personas? El verdadero creyente es eficaz y productivo en su conocimiento de Jesús (1:8). El falso es como “primavera sin agua” (2:17). ¡Esta es una imagen extraordinaria! Ellos prometen mucho, pero producen poco.

7. Un final diferente –  En última instancia, ¿hacia dónde te conduce el mensaje? Aquí nos encontramos con el contraste más inquietante de todos. El creyente verdadero recibirá “una rica bienvenida en el eterno reino de nuestro Señor Jesucristo” (1:11) El falso creyente experimentará “rápida destrucción” (2:1). “El juicio de ellos, desde hace mucho tiempo no está ocioso, ni su perdición dormida” (2:3). Jesús nos dice que muchos estarán envueltos en el ministerio en su nombre, a quienes  les dirá “Apártense de mi; nunca los conocí” (Mateo 7:21) ¿Quiénes son estas personas? Con seguridad Pedro las está describiendo en este pasaje.

No seas ingenuo

No debemos ser ignorantes: “Habrán falsos maestros entre ustedes” (2:1). Entonces, ¿cómo puedo aplicar esta advertencia? Primero, las declaraciones de Pedro nos recuerdan que la iglesia necesita ser protegida. Entre las maravillosas personas que vienen a nuestra iglesia cada año, algunas pudieran hacer más mal que bien. Ellos pueden parecer las mejores personas, pero no creen en la autoridad de la Biblia o en la exclusividad de la salvación en Cristo. Les damos la bienvenida porque ellos necesitan a Cristo tanto como nosotros, pero no debemos permitir que ellos tengan influencia en nuestra iglesia. Segundo, los escépticos siempre serán capaces de señalar la hipocresía y la inconsistencia en la iglesia. Siempre lo han hecho y siempre lo harán. Una de las más extrañas razones para no seguir a Cristo es la siguiente: “He visto personas hipócritas en la iglesia”. Entonces ¿no vas a seguir a Cristo porque algunas personas que dicen que lo hacen son hipócritas? La existencia de falsificaciones nunca es una buena razón para rechazar lo genuino. Pedro esencialmente nos dice, “Por supuesto que hay cristianos falsos. Por supuesto que hay maestros que hacen más daño que bien a la iglesia. ¿Qué más se puede esperar en este mundo caído? ¡Madura! ¡No seas ingenuo! No pierdas lo que es real porque has visto lo falso”. La próxima vez que conozcas a alguien con esta excusa, apúntales a 2 Pedro 2:1.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Patricia Namnún.
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