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Una vez escuché a un teólogo amigo describir a alguien como un “autodidacta”. Tuve que preguntarle qué significaba. “Una persona autodidacta”, me dijo. Así es como yo me describiría a mí misma cuando se trata de cómo y qué he aprendido acerca de la Biblia y la enseñanza de la Biblia. ¡Podemos ser autodidactas juntas!

‪Por supuesto, esto no quiere decir que estamos completamente solas en términos de formación teológica y bíblica; solo significa que no hemos tenido una gran cantidad de entrenamiento formal en una institución educativa. En lugar de eso, hemos buscado maneras de aprender por nuestra cuenta. Y hay tantos buenos recursos para que crezcamos en nuestra comprensión de la Escritura y de la verdad teológica sin asistir a un seminario.

‪Aquí hay siete maneras de crecer y equiparte a ti misma:

‪1.  Mantén tu corazón apasionado y tu mente comprometida con tu Biblia.

‪Este es tu recurso más importante. Deja atrás el enfoque casual o puramente devocional de la Biblia y empieza a estudiarla de una manera que te prepare para leerla de todas las formas posibles. Ora ardientemente por la ayuda de Dios, por su Espíritu, en la comprensión de las palabras que Él exhaló. Trabaja a través de un libro de la Biblia como si fueras a tener que enseñarlo. Averigua cómo desmenuzarías el libro, cómo te gustaría esbozar y organizar tu enseñanza. Trabaja con diligencia a través del texto, buscando respuestas de fuentes sólidas a las preguntas que plantea.

‪Mientras inviertes en ti misma para captar las Escrituras y encontrar la manera de comunicarla, estarás a punto de reventar para encontrar oportunidades para compartir con otra persona lo que has aprendido, en lugar de sentirte inadecuada.

‪2.  Lee algunos libros sobre la interpretación y la comunicación de las Escrituras.

‪A veces, estos serán libros sobre predicación. Queremos utilizar muchas de las mismas habilidades como las de un excelente predicador en términos de cómo se pretende manejar el texto. Pregúntale a tu pastor qué libros él pudiera recomendarte.

‪3.  Dedica algún tiempo a estudiar la geografía de la Biblia.

‪Empecé tomando algunas clases de seminario hace un tiempo, a través de la educación a distancia, por lo general una clase por semestre y durante el verano. Una de las mejores cosas que hice fue ir a Israel en el viaje del seminario. Antes del viaje tuve que trabajar un montón en los mapas de la zona, lo cual me pareció tedioso, pero resultó de gran ayuda para mí. Ahora puedo visualizar mejor y comprender las implicaciones de las referencias geográficas en la Biblia. Una buena Biblia de estudio tendrá una selección de mapas útiles, pero puedes encontrar mucho en Internet.

‪4.  Estudia a maestros sólidos.

‪Si no has empezado ya a tomar notas cuando te sientas durante la enseñanza o la predicación, empieza a hacerlo, y empieza a hacer un archivo con ellas. Observa cómo los predicadores o los maestros unen sus puntos y, luego ilustran y aplican el texto. Además de nuestros propios pastores y maestros en nuestra iglesia local, hay un vasto tesoro de grabaciones de maestros sólidos que podemos descargar por internet y escuchar. ¡Pero elige sabiamente!

‪No necesariamente debes buscar a aquellos que tienen grandes nombres, sino a aquellos cuya enseñanza se centra y fluye del texto. Debido a eso, la eficacia de su enseñanza no es acerca de su personalidad, o sus historias, o la plataforma, sino más bien sobre el cuidado que tienen en el estudio y la presentación del texto. Presta atención a cosas como: cómo introducen y cierran su mensaje; cómo utilizan la narración de historias, preguntas, ilustraciones, humor; y cómo lidian en cuestiones de debate. ¿Cuánto recurren a otras partes de la Biblia y con qué propósito? ¿Cómo establecen el contexto histórico? ¿Cómo utilizan la repetición y la aliteración?

‪5.  Busca mentores, al igual que compañeras de viaje.

‪Me tomó mucho tiempo encontrar a una amiga teológicamente capacitada que realmente lea o escuche un mensaje mío y me dé una crítica constructiva específica, una corrección teológica, así como también su estímulo. Espero que puedas encontrar a una o dos. Pero también busca compañeras que, como tú, quieran crecer en su capacidad para enseñar bien las Escrituras.

‪6. Pide una crítica sobre tu enseñanza o liderazgo.

‪Si ya estás enseñando, oblígate a mirar el video o a escuchar grabaciones de audio de ti misma enseñando. ¡Es doloroso! ¡No puedo soportarlo! Oigo las palabras que usé incorrectamente, o qué he repetido demasiado y me doy cuenta de que hubo cosas que no dejé en claro. Es realmente humillante. Pero también es muy útil. Es una forma clave de mejorar como maestras, y si puedes soportarlo, pide la opinión de una amiga de confianza, o de un mentor sobre tu enseñanza o liderazgo de grupo.

Haz preguntas como:

  • ‪¿Cómo estuve en cuanto al contacto visual y la claridad?
  • ¿Dónde hice saltos en mi argumento que lo hicieron difíciles de seguir?
  • ¿Cómo estuvo mi tono y actitud?

Como mujeres, estamos tan ansiosas por afirmarnos mutuamente. ¡Y eso es algo bueno! Pero si queremos crecer en nuestra capacidad y eficacia como maestras y líderes, tenemos que descubrir las áreas en las que necesitamos ese crecimiento. Y la crítica crucial de una aliada de confianza puede ser tremendamente valiosa.‪

‪7.  Considera tomar cursos online de una fuente de confianza.

‪La mayoría de los seminarios y organizaciones ofrecen cursos online que puedes tomar o asistir como oyente. ¡Qué tesoros valiosos que tenemos disponibles para nuestro beneficio y en última instancia, para el beneficio de la iglesia! Mi experiencia ha sido que la lectura asignada para diversas clases es tan, o en algunos casos incluso más significativa para mi aprendizaje, por lo que les animo a leer los textos asignados, así como a escuchar. Vuelvo a decirlo, el intercambio de estos estudios con colegas o mentores en la iglesia local ayuda a fundamentar nuestro crecimiento entre el cuerpo de creyentes donde vivimos y ministrar semana por semana, por la gracia de Dios, por el bien de su pueblo, y la gloria de Cristo.

‪
‪Me encanta la benedicción del libro de Hebreos. Es algo a lo que me aferro mientras me preparo para enseñar, profundamente consciente de todo lo que todavía tengo por aprender acerca de la Palabra de Dios. Espero que tú también. El escritor de Hebreos ora por aquellos a los que les está escribiendo, pidiéndole a Dios que los equipe de todo lo bueno para que ellos puedan hacer Su voluntad. Pídele hacer eso para ti, y puedes estar segura de que lo hará.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Gimena Molina.

Nota del editor: El siguiente video puede ser útil para entender y aplicar mejor el contenido de este artículo.

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