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Los grupos pequeños juegan cada vez más un papel importante en la vida corporativa de muchas congregaciones. Sin importar por qué su iglesia tiene grupos pequeños, está claro que no todo el mundo en su iglesia entrará en estos grupos con las mismas expectativas. De hecho, lo más probable es que la gente se unirá a un grupo pequeño con expectativas extremadamente diferentes. Algunos se unen a un grupo pequeño para conectarse con la iglesia. Son nuevos en la ciudad y conocen relativamente pocas personas, por lo que se unen a un grupo pequeño. O tal vez su iglesia dirija intencionalmente a las personas hacia grupos pequeños para que puedan ser mejor cuidados. Sus pastores y ancianos pueden utilizar la infraestructura de grupos pequeños para pastorear el rebaño. O tal vez su iglesia tiene grupos pequeños para entrenar a su gente a crecer en santidad y para llegar a sus vecinos y amigos perdidos. Todas éstas son razones legítimas para tener grupos pequeños. Sin embargo, la iglesia debe ser clara acerca de la visión, la misión y el propósito principal de sus pequeños grupos.

Lo que usted cree acerca de por qué está en un grupo pequeño, en cierta medida dicta cómo se comportará en ese grupo. Es importante para una iglesia el estar clara de por qué existen grupos pequeños. ¿Existen para conectar, pastorear, y llegar a los no creyentes o para apoyarse unos a otros? ¿Son una combinación de esas cosas? Lo que usted cree acerca de su grupo pequeño dictará cómo se acercará a los posibles problemas que puedan surgir. Por ejemplo, si usted compra una casa sabiendo que necesita reparaciones, entonces abordará los paneles de madera falsa en la sala de estar como una oportunidad para remodelar y mejorar;  mientras que si usted compra la casa de sus sueños y descubre inundaciones en el sótano, se encontrará a sí mismo bastante decepcionado y desanimado. Del mismo modo, sea claro desde el comienzo acerca de la visión y los valores de los grupos pequeños de su iglesia.

Yo sugeriría que un grupo pequeño sano está comprometido a estudiar y aplicar la Palabra de Dios en el contexto de la comunidad cristiana con el fin de crecer como testigos de Jesús en nuestras respectivas esferas de influencia. En nuestra iglesia, resumimos este objetivo como “transformación en la comunidad para dar testimonio”. Ya sea que sus grupos pequeños principalmente existan para ayudar a los creyentes a crecer o sean mayormente misioneros, he aquí cinco mitos de grupos pequeños que me he encontrado en los últimos años y que necesitan corrección.

Mito 1: Un grupo pequeño exitoso no será relacionalmente desordenado.

Aunque la mayoría de la gente no lo mencionaría explícitamente, se espera que un grupo pequeño no tenga desorden relacional. La gente piensa que aquellas personas del grupo serán sus mejores amigos (más sobre esto en breve), y cuando se dan cuenta que no es nada parecido, se preguntan si están en el grupo correcto. Cuando alguien del grupo es pasivo-agresivo o habla demasiado de política, inmediatamente buscan la salida más cercana. Sin embargo, la realidad es que los grupos pequeños se componen de pecadores, todos a lo largo del mismo camino de la fe. Ellos van a tener problemas relacionales, y es precisamente por eso que tenemos el evangelio de la gracia que nos muestra cómo debemos padecer ampliamente y ser humildes hacia los demás (Fil. 2:1-11).

Dietrich Bonhoeffer escribe en Vida Juntos:

“El cristiano serio, establecido por primera vez en una comunidad cristiana, es probable que traiga consigo una idea muy definida de lo que en conjunto debería ser la vida cristiana y trate de llevarla a cabo. Pero la gracia de Dios destruye rápidamente esos sueños. Tan cierto como que Dios nos quiere conducir a un conocimiento de la verdadera comunión cristiana, de igual modo debemos ser abrumados por una gran desilusión con los demás, con los cristianos en general, y, si tenemos suerte, con nosotros mismos”.

Verdad: Los grupos pequeños son el lugar donde la gracia de Dios vence todo tipo de desorden relacional a través de la sangre de Jesús.

Mito 2. Los grupos pequeños existen para que otros satisfagan mis necesidades.

No me malentiendan. Es una bendición maravillosa que nuestras necesidades relacionales puedan ser satisfechas por otros en los grupos pequeños. Es buena cosa que si no te sientes conectado, o no conoces a alguien, puedas unirte a un grupo pequeño y así conocer a otras personas en la iglesia. Pero la realidad fundamental es que la existencia de los grupos pequeños es para que amen a Dios amando a su cuerpo, la iglesia. Existen grupos pequeños para que usted pueda amar a otros con el amor de Cristo. Esta es una orientación radicalmente diferente a esperar que otros satisfagan sus necesidades. Y cuando todos tenemos este objetivo: amar a los demás con el amor de Cristo, entonces conocemos las necesidades del otro.

Verdad: Existen grupos pequeños para que usted ame y sirva a los demás con el amor de Cristo.

Mito 3. Cultivar la confianza y la transparencia en un grupo pequeño toma muchos años.

Considere Hechos 2 y cómo los creyentes tenían todas las cosas en común, asegurándose de que ninguno estuviera en necesidad, partiendo el pan juntos, alabando a Dios juntos. ¿Cuánto tiempo se han conocido entre sí? Probablemente habían estado en la comunidad durante un par de semanas o quizá meses, pero no mucho más. La realidad es que más tiempo juntos no siempre significa más confianza y transparencia. Eso tiende a ser una excusa. Al entrar en un grupo pequeño, donde las expectativas se han establecido correctamente, la confianza significativa puede ser cultivada desde el primer día.

¿Qué le impide abrirse? Tal vez es la vergüenza por su pecado, la vergüenza de que su matrimonio está luchando, o la angustia sobre sus hijos descarriados. Esto es precisamente lo que el evangelio enfatiza. Cristo tomó la ira de Dios en el Calvario, y con ella se llevó nuestra vergüenza, condenación, y el miedo del hombre. De hecho podemos ser abiertos y honestos acerca de dónde estamos con Dios, porque Dios está activamente trabajando en nosotros para conformarnos a su imagen.

Verdad: La confianza y la transparencia son frutos de reconocer que todos somos beneficiarios de la gracia abundante de Dios para el perdón de los pecados.

Mito 4. Los miembros del grupo pequeño deben convertirse en mejores amigos.

Ciertas expectativas están integradas en este mito: visiones idealistas de tomar vacaciones juntos, ver a nuestros hijos creciendo y casándose entre sí, y la asistencia a fiestas de cumpleaños de los demás. Aunque sería una bendición maravillosa si los miembros de un mismo grupo pequeño se convirtieran en amigos de toda la vida, el Nuevo Testamento es casi silencioso sobre la importancia de la amistad como base para el amor. Más bien, nuestra unidad en Cristo es el fundamento y la base de nuestro amor sacrificial por los demás. Efesios 2:11-22 se trata de cómo Cristo destruye la hostilidad entre judíos y gentiles. Judíos y gentiles pueden no haber sido “mejores amigos” en el primer siglo, pero por el trabajo unificador de Jesús en la cruz fue que pudieron ser miembros de un mismo cuerpo. ¿No es esto maravilloso? Del mismo modo, la sangre de Cristo nos une como miembros del cuerpo de Cristo, comprometidos a fomentar, fortalecernos, y amarnos unos a otros.

Verdad: Los grupos pequeños están unidos por la sangre de Cristo y son miembros de un mismo cuerpo.

Mito 5. Los grupos pequeños deben centrarse solo en el estudio bíblico, no compartir pecados o participar en actividades paredes afuera.

Los pequeños grupos que realmente se centran en Cristo y su Palabra, inevitablemente llegan a saber cómo el evangelio cambia nuestra vida en todos los sentidos (el pecado, la paternidad, el matrimonio, la soltería, el trabajo, etc.) y cómo podemos compartir nuestra fe. Si su estudio de la Biblia no le está ayudando a ser cambiado a la semejanza de Jesús, entonces lo está haciendo mal. Si su estudio de la Biblia no hace que usted odie más su pecado, que pida ayuda para lograr conquistarlo, y le haga querer compartir su fe, lo está haciendo mal. Desafortunadamente, algunos pequeños grupos se esconden detrás del estudio de la Biblia con el fin de evitar hablar de los problemas del corazón más profundos que el evangelio pretende abordar. Si realmente permitimos que la Palabra de Dios hable, debe hablar en nuestras vidas para que nos enfrentemos a nuestro pecado, nos esforcemos en servir a otros, y hagamos esfuerzos intencionales en compartir esta buena noticia con los perdidos en nuestras esferas de influencia.

Verdad: Los grupos pequeños se centran en cómo el evangelio de Jesucristo nos transforma en sus discípulos que crecen en santidad y son testigos de su verdad.

Estos cinco mitos más comunes destacan un objetivo mayor: el evangelio debe ser central en la visión y misión de su grupo. Si su grupo existe para satisfacer sus necesidades personales, entonces cuando empiece a quedarse corto, usted va a buscar otro grupo. Pero si el grupo existe como un microcosmos de la iglesia, donde gente de todo tipo se reúne al pie de la cruz, entonces los desafíos, el pecado y el quebrantamiento son una oportunidad para aplicar el evangelio de Cristo.

Mantenga central evangelio en los grupos pequeños

Aquí están algunas sugerencias para que su grupo pequeño vaya en el camino correcto.

1. Regularmente reoriente su grupo pequeño para que vean que son miembros de Cristo, en lugar de miembros de una iglesia, denominación, tribu teológica, clase dominical, demografía (solteros, casados, personas que adoptan) u origen étnico o racial particulares. Ponga Gálatas 2:20 en el primer plano de su grupo: hemos sido crucificados con Cristo y ahora Cristo vive en nosotros.

2. Ayude a su grupo a establecer expectativas bíblicas para la comunión/comunidad. Puede que no todos pasemos ratos juntos todo el tiempo, y que lleguemos a ser los mejores amigos, pero nos animamos unos a otros en nuestra fe en la medida que nos reunimos con regularidad para abrir su Palabra juntos y nos ayudamos unos a otros en dar testimonio de Jesús en nuestras esferas de influencia. Podemos servir con humildad y sacrificio entre sí porque Cristo se ha sacrificado con el fin de que podamos ser hermanos y hermanas en Cristo.

3.  Ayude a su grupo a ver el glorioso privilegio de amarnos unos a otros y cómo esto da testimonio a los incrédulos que nos rodean. Nuestro amor por los demás confirma y valida el poder del evangelio (Juan 13:35). El evangelio toma diferentes personas de todos los ámbitos de la vida y los transforma en seres que se preocupan profundamente por los demás. Cuando su grupo pequeño se sale de su camino y ama y ora, unos por otros, revela la gracia transformadora de Cristo y dibuja en los no creyentes el testimonio de este milagro.


Publicado originalmente para The Gospel Coalition. Traducido por Omar Jaramillo.
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